Mojado y enfadado con el cielo abandonó ayer Rafa Nadal la pista central de Wimbledon. La incesante lluvia que cayó sobre el All England Club de Londres impidió al tenista balear resolver su partido contra el sueco Robin Soderling, que arrancó a las 11.30 h de la mañana y que diez horas después, casi de noche, se aplazó para el día siguiente, con tres interrupciones de por medio.

El primer parón duró tres horas, pero dolió todavía más el segundo. Nadal había ganado en ese momento dos sets y en el tie break del tercero estaba a sólo dos puntos de ganar el duelo. La lluvia, que tardó dos horas en detenerse, rompió el ritmo del español.

Cuando los dos tenistas regresaron a la pista, todo fue diferente y Soderling comenzó a remontar el partido. Se llevó la tercera manga con un ace final (6-7) y resolvió por 4-6 el cuarto set.

Nadal aguantó el chaparrón como pudo hasta que recuperó la iniciativa en el quinto set para romper rápidamente el servicio del escandinavo. Con 2-0 de ventaja y sacando con 30-30 en el marcador, volvió a llover. Tercer parón, que resultó definitivo. El partido continuará hoy. Ferrero, por su parte, no pudo empezar su duelo con Tipsarevic.

El partido entre Rafa Nadal y Robin Soderling tenía que haberse disputado el pasado sábado, pero no pudo ser por culpa de la lluvia. La climatología dio algún respiro el domingo, pero, curiosamente, la organización de Wimbledon no quiso aprovecharlos para completar los partidos del sábado, ya que la tradición del torneo prohíbe jugar el primer domingo de competición. Una polémica tradición que ahora aprieta muchísimo el calendario.