Al ajedrez se juega a ciegas

  • Cuatro españoles están disputando en Grecia el Mundial individual de Ajedrez para ciegos y discapacitados visuales.
  • El canario Agustín Fernández es el jugador español mejor clasificado, en el puesto nº 15 del ranking mundial. "Quiero quedar entre los ocho primeros", comenta.
  • Los tableros están adaptados y está permitido tocar las piezas antes de mover.
El ajedrecista Agustín Fernández disputa en Grecia el Mundial de Ajedrez para ciegos y discapacitados visuales.
El ajedrecista Agustín Fernández disputa en Grecia el Mundial de Ajedrez para ciegos y discapacitados visuales.
FEDC/ONCE
El ajedrecista Agustín Fernández disputa en Grecia el Mundial de Ajedrez para ciegos y discapacitados visuales.

De entrada, Agustín Fernández quiere desterrar cualquier tópico de inferioridad: "Ganar depende del nivel de cada uno, no de la discapacidad visual". El canario es el jugador español con mejor ranking (15º) de los cuatro que están disputando el Campeonato del Mundo de Ajedrez para ciegos y discapacitados visuales, que concluye este miércoles.

En el desarrollo del juego no hay peculiaridades con respecto a cualquier torneo para videntes. "La principal diferencia es que los tableros están adaptados y que está permitido tocar las piezas, cosa que en el otro ajedrez sólo se hace para completar la jugada. En los tableros adaptados cada casilla tiene un orificio donde se insertan las piezas mediante un pequeño vástago que tienen debajo. Se considera que una pieza se mueve cuando se extrae completamente de su casilla", explica Agustín desde la ciudad de Katerini.

El "alma" del ajedrez

Gracias a este sistema, los ajedrecistas pueden tocar las piezas sin derribarlas. Además, las piezas negras llevan en su parte superior una protuberancia que las distingue de las blancas. Las partidas se desarrollan en dos tableros y cada uno de los jugadores mueve las piezas en el suyo de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por el contrario. Los relojes disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.

Natural de Las Palmas de Gran Canaria y residente en Tenerife, Agustín Fernández confiesa que su pieza favorita es "el peón": "Son el alma del ajedrez".

A sus 46 años, el jugador español padece una distrofia congénita en la retina que le provoca ceguera diurna. Además, durante su infancia sufrió una rayadura de córnea en el ojo derecho.

Trabaja en el Club de Ajedrez de Tenerife y no cree demasiado en la suerte: "En mi opinión, quizá pueda existir en factores externos, pero no en los técnicos. Quiero decir que si los días de competición coges una gripe, eso sería mala suerte. En cualquier caso, la buena suerte la tienen los mejores, por algo será".

También dominan los rusos

Agustín reconoce que "desde niño quería representar a mi país en competiciones deportivas y el ajedrez me lo ha permitido". El objetivo en tierras helenas, en su debut mundialista, es mejorar su 15º puesto del ranking mundial: "Como mínimo, quiero estar entre los diez primeros. Entre los ocho primeros sería ya un buen resultado. Y de ahí, para arriba".

En este Mundial, como parece que no podía ser de otra forma, los mejores también son los rusos. "Históricamente, siempre ha sido así y, actualmente, sigue así la cosa. Lamentablemente, no ha podido asistir un chico joven procedente de Venezuela que ahora mismo es la excepción a esa supremacía soviética, ya que es el número 1 del ranking mundial en esta modalidad", puntualiza el canario.

El combinado español en Grecia lo completan los ajedrecistas Manuel Palacios, Gavril Draghici y David Zanoletty.

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