El australiano Casey Stoner volvió a cuajar una fantástica actuación en el Gran Premio de Estados Unidos al imponerse majestuosamente sobre el circuito de Laguna Seca y secundado por el austriaco Vermuelen, que salía tercero, y Marco Melandri.

El piloto de Ducati dominó de principio a fin en la carrera y, desde los primeros giros, marcó un ritmo altísimo que impidió a sus rivales complicarle un fin de semana perfecto, tras cosechar los mejores tiempos en todas las sesiones de calificación.

Stoner rompió además con el maleficio que desde hace doce grandes premios perseguía al autor de la "pole position" en MotoGP, pues nunca había ganado el piloto más rápido de entrenamientos.

En Laguna Seca se encargó el australiano de conseguirlo y, además, de una forma clara y contundente, pues si bien el más rápido en la salida fue Daniel Pedrosa, tardó muy poco en superarlo su rival y líder de la clasificación provisional del mundial, que a partir de ese momento imprimió un ritmo inalcanzable para ninguno de sus rivales.

Los Bridgestone marcaron la diferencia

El español Dani Pedrosa quedó relegado a una discretísima quinta plaza, después de mantener una lucha directa con sus neumáticos, muy dañados por las altas temperaturas del circuito norteamericano.

Paradójicamente, los tres primeros clasificados de la carrera de MotoGP en Laguna Seca fueron pilotos de Bridgestone, la fábrica japonesa de neumáticos que en las condiciones actuales, con fuerte calor, se está mostrando mucho más efectiva que la francesa Michelín.

Por su parte, Valentino Rossi pudo desquitarse del mal sabor de boca cosechado en la última sesión de entrenamientos, cuando se fue al suelo, y pudo terminar en cuarto lugar una carrera que brilló poco por culpa del dominio incontestable del autraliano y líder del Mundial Stoner.

Soprendente participación la de Marco Melandri, que después de superar las molestias sufridas en la caída en los entrenamientos, consiguió superar a Pedrosa y colocarse en el tercer cajón del podio.

Carlos Checa (Honda RC 212 V) llegó a rodar en la décima posición, pero con el paso de las vueltas fue cediendo terreno por el rápido desgaste de sus neumáticos Dunlop y acabó decimocuarto la carrera estadounidense.