De la noche a la mañana se ha convertido en una de las firmes promesas del atletismo español. El marroquí nacionalizado Mohamed Marhoum es, a sus 22 años, uno de los llamados a frecuentar el podio, como ya ha hecho recientemente al ser campeón de Europa por equipos. Desde Ceuta, donde pasa unos días de vacaciones, Marhoum vaticina: "Hay gente muy joven que está empujando, tres de los que fuimos al último Europeo teníamos menos de 26 años y eso es muy buena señal".

En su opinión, el atletismo nacional tiene "un buen futuro" pero considera difícil luchar contra los kenianos o los americanos por las ayudas que reciben. "Aquí hay pocos que apuestan por este deporte, con lo cual es muy complicado pero a pesar de eso hay un buen nivel y España no está tan mal, sólo hay que seguir trabajando como hasta ahora y creo que nos dará muchas alegrías, ojalá tengamos un campeón mundial", comentó.

Marhoum estima que los kenianos son los rivales a batir. "Tienen un plus más pero no es imposible ganarles. Yo estuve a su lado en Atapuerca y el campeón del mundo me sacó veinte segundos, por lo que siendo ambicioso creo que puedo luchar contra ellos, no me guardo nada en cada carrera, nadie me da miedo, tengo un carácter duro y puedo ganar a cualquiera".

No obstante, ahora toca disfrutar de su medalla. "Estoy súper contento porque lograr un sexto puesto en un Campeonato de Europa y ser primeros por equipos era un sueño y es una puerta y un gran escalón hacia arriba".

El corredor ha lamentado la falta de patrocinios y ha dicho: "Depender de la federación o de tu club tal, como están las cosas, es muy difícil que te puedas mantener o garantizar un futuro, pero cada patrocinador que te ofrece algo es un empujón enorme, sobre todo ahora en los deportes minoritarios. Yo tengo patrocinadores que han confiado en mí y garantizan que puedo mejorar". Su club es un alivio en el tema económico: "Fernando Seoane Pampín me está ofreciendo todo lo que me hace falta, está apostando por mí y eso es muy importante. En este mundo si te lesionas es difícil seguir, por lo que me acuerdo mucho de los que se lesionan porque se quedan en el camino".

En su caso, ha afirmado que es un privilegiado y un afortunado: "Vengo de un centro de menores donde éramos cien niños y jamás pensaría que iba a ser un atleta de elite, por lo que cada vez que voy a salir en una carrera pienso en mi pasado, de donde vengo y eso me da un plus de ventaja para competir porque me motiva. Mi capacidad de sufrimiento es gracias a todo lo que he pasado".