Leo Messi está lesionado pero no está lesionado. Más o menos ese es el resumen de lo que ocurre con el, para muchos, actual número uno del mundo.

El crack del Barça padece una lesión de grado I en el aductor de la pierna izquierda. Según los especialistas, esta lesión requiere de 8 a 12 días de baja. Sin embargo, desde el Barça no se descarta que el futbolistas pueda jugar contra el Inter en el Camp Nou, en un partido decisivo para las aspiraciones de clasificación del Barça para los octavos de final de la Liga de Campeones. El delantero también es duda para el Clásico del domingo ante el Real Madrid.

La actual situación deportiva del equipo culé, unido a lo que le viene encima, pone en una encrucijada tanto a Pep Guardiola como al club. ¿Forzar o no a Leo? Aunque lo más 'normal' pueda ser que el argentino no esté en la Champions, la crítica situación en la clasificación de los catalanes pone en jaque al técnico culé. No es igual jugar con Messi en el campo que jugar con el argentino viendo el partido desde la grada. Y más ante un 'coco' como el Inter. Caer eliminados sería un desastre.

Lo mismo ocurre ante el Real Madrid. Llega el eterno rival y lo hace como líder de la Liga. Deportivamente, no cabe duda de que el Barça necesita a Messi para superar este encuentro. Pero, ¿y si se rompe? A pesar de que lo médicos no le descarten, Guardiola es el que tiene la última palabra y el que tiene que asumir las consecuencias de su decisión.

De esa decisión puede depender el futuro de Messi. Si sufriera una recaída tras jugar ante Inter y Real Madrid habría sido peor el remedio que la enfermedad.