Los testigos dicen que el médico Merino usó su cargo en un hospital para conseguir glicerol

Eufemiano Fuentes acude a declarar.
Eufemiano Fuentes acude a declarar.
EFE
Eufemiano Fuentes acude a declarar.

Los exdirectores de los Centros Regionales de Transfusión de Andalucía y de la Comunidad Valenciana han confirmado que el médico José Luis Merino, socio de Eufemiano Fuentes, utilizó su puesto en un hospital madrileño para conseguir glicerol, producto utilizado en la congelación de la sangre.

Así lo han asegurado en la sexta sesión del juicio de la Operación Puerto —en la que Fuentes es uno de los acusados, mientras que Merino quedó excluido de la causa por padecer alzheimer— la exdirectora del centro andaluz, Elena Franco, y el exresponsable del valenciano, Roberto Jesús Roig Oltra.

Franco ha recordado que Merino, al que conocía porque había sido director del Centro de Transfusiones de Madrid y que era jefe de servicio en el hospital de La Princesa, la llamó por teléfono el 15 de mayo de 2006 para pedirle "algo para congelar hematíes, debían ser las soluciones que se precisan para ello (glicerol)".

La testigo, que atendió la llamada en su coche, le dijo que cuando llegara al Centro comprobaría las existencias de ese producto en el almacén "para poderle ayudar".

"Más tarde volvimos a hablar y le pudimos dejar para dos unidades, creo recordar", ha señalado, antes de añadir que encargó a su secretaria que enviara el producto al hospital de La Princesa de Madrid, donde Merino trabajaba como hematólogo.

"Yo le había dicho a mi secretaria que el envío se hiciese al hospital de La Princesa, porque yo sabía que era allí donde trabajaba Merino y deduje que era allí donde lo necesitaba", ha dicho Franco, que ha agregado que su secretaria le dijo que el médico "quería que lo enviase a otra dirección para que le llegara antes".

La entonces directora del Centro Regional de Transfusiones andaluz ha asegurado que se negó: "Yo le dije que no, que el Centro le hacía un favor al hospital de La Princesa, era un centro público que le hace un favor a otro centro público".

Más o menos el mismo relato ha hecho Oltra, que ha señalado que Merino le pidió ese mismo día "unas botellas de glicerol", a lo que él accedió, aunque ha explicado que no lo habría hecho de saber que eran para una consulta particular y no para el hospital.

"No tiene sentido congelar sangre fuera de un centro hospitalario", ha dicho el testigo, que ha añadido que "la crioconservación necesita instalaciones complejas" y que no cree "que haya clínicas privadas preparadas para ello".

Las dos solicitudes de Merino se produjeron unos días antes de las detenciones de los implicados en la trama, cuando, según las conversaciones telefónicas intervenidas por la Guardia Civil y que constan en el sumario, éste y Fuentes estaban preocupados porque se les habían agotados los productos necesarios para la congelación de la sangre.

Un servicio de compra "reglamentario"

También ha comparecido el exgerente del hospital de La Princesa, Jorge Gómez Zamora, que ha sido preguntado por una partida de cloruro sódico que Merino solicitó al hospital de la Defensa.

Gómez Zamora ha dicho que aunque cualquier facultativo puede solicitar un producto que le falte, las peticiones se cursan siempre a través de la administración del hospital, y que en ese caso no se siguió el procedimiento habitual.

"Las compras de medicamentos se hacían a través del servicio de compra reglamentario y para eso hay personas que se encargan de ello", ha señalado.

Por último, el inspector farmacéutico que intervino como perito en varios de los registros practicados por la Guardia Civil al comienzo de la Operación Puerto, Ángel García Lacuesta, ha asegurado hoy que durante los mismos no encontró medicamentos prohibidos.

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