Finalmente, Marc Márquez no tuvo que ser operado de la dislocación del hombro izquierdo que sufrió en la anterior carrera en el circuito de Silverstone (Gran Bretaña). El piloto de Cervera (Lleida) ha tenido dos semanas para recuperarse y está preparado para competir este fin de semana en el GP de San Marino, la casa de su ídolo de infancia, Valentino Rossi, con quien las comparaciones son continuas. Márquez asombra por su pilotaje rozando con el codo, por batir todos los récords de preocidad y por ser el líder del Mundial de MotoGP en su primer año, con 30 puntos sobre su compañero en Honda, Dani Pedrosa, y 39 con respecto al actual campeón del mundo, Jorge Lorenzo, y solo quedan seis carreras. 

¿Esperaba que su adaptación a MotoGP fuera tan rápida y tan exitosa?

No, la verdad es que está saliendo mejor de lo que todos esperábamos, incluido yo.  Cuando me subí a la moto en Malasia, vi que la Honda RC213V iba muy bien y que el cambio era más fácil de lo que pensaba, porque el paso por Moto2 me fue muy bien para adaptarme a aspectos como el peso de una moto tan grande, el motor de cuatro tiempos y el freno motor. Eso facilitó las cosas.

¿En qué es en lo que ha tenido que mejorar más para dominar la moto?

Lo primero fue en el aspecto físico. En los entrenamientos que hice en noviembre, me bajaba de la moto molido, así que durante el invierno me he machado mucho para poder aguantar las carreras, ya que en MotoGP son muy exigentes. Después, he tenido que mejorar aspectos como la frenada o la gestión de la electrónica.

¿Le tienen que frenar su equipo o su entorno para que no vaya tan rápido?

A veces sí, porque siempre tienes ganas de salir a la pista y rodar, pero hay ocasiones por ejemplo en las que la pista no está muy bien, porque hace frío o ha llovido. Pero bueno, ya sabes que el equipo está allí para ayudarte, aconsejarte, y permitirme que pueda salir siempre a darlo todo.

¿Piensa en las caídas?

No. Eres consciente de que el riesgo está ahí, pero si piensas en las caídas es imposible rodar rápido.

El estilo Márquez incluye tocar con el codo en las curvas. ¿Cuántas coderas tiene que usar en un fin de semana?

Sí, este año he empezado a utilizar unas pequeñas deslizaderas en los codos, y depende un poco de cada circuito, porque en algunas curvas tocas más y en otras menos. Pero un juego me dura unas dos carreras.

Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa le señalan como el favorito al título, ¿siente esa presión?

No, para nada. Que lo digan ellos es un honor, pero también lo hacen un poco por el tema psicológico. La presión me la pongo yo, no ellos, porque quiero intentar estar delante, pero es el primer año y todo lo que venga bienvenido será, no hay ninguna obligación.

Con el dominio que ejercen Jorge, Dani y usted, ¿no corre el riesgo MotoGP de convertirse en una categoría aburrida?

No lo creo, al contrario. Creo que se están viendo carreras bonitas, con adelantamientos, luchas desde el principio hasta al final. No creo que sea aburrido.

¿Piensa en los récords? Está batiendo todos los de precocidad de Kenny Roberts.

No, no lo pienso. Es algo bonito, es un honor ver tu nombre junto al de pilotos como Kenny Roberts, pero al final son cosas que uno sólo lo recuerda cuando viene otro y lo supera. Con lo que se queda la gente es con cuántos Campeonatos del Mundo conseguiste.

¿Qué se le pasa por la cabeza al ver a su ídolo, Valentino Rossi, siempre por detrás de usted en cada carrera?

Bueno, no lo pienso mucho. Yo cuando salgo a pista intento terminar lo más adelante posible. Y si me adelanto con Valentino y los espectadores disfrutan, pues mejor.

¿Qué papel juega Emilio Alzamora?

Emilio ha estado a mi lado desde hace mucho tiempo y siempre ha confiado en mí. Le estoy muy agradecido por su apoyo, porque es el que me ha permitido llegar hasta donde estoy ahora. En los entrenamientos libres, Emilio va por el vial observándome a mí y al resto de pilotos, para ver cómo hago las trazadas, detectar errores, comparar cómo lo hacen los rivales y luego me lo transmite. Su aportación como asesor deportivo es muy valiosa para mí.

Algunos dicen que lo ha tenido muy fácil desde pequeño, que siempre ha estado en los mejores equipos y con las mejores motos...

No creo que ningún piloto que compita en el Mundial lo tenga fácil. Cuando comencé en el Mundial de 125 cc, la moto con la que competí los dos primeros años era muy difícil de pilotar, pero eso me ayudó a aprender cosas que con una moto más competitiva tal vez no habría aprendido.

¿Ahora ya sí piensa en ser Campeón del Mundo en tu año de debut?

No, no. Es algo que está ahí, pero creo que sería un error pensar en que puedo ser campeón cuando faltan tantas carreras, porque ya se vio en Holanda y Alemania que las cosas pueden cambiar muy rápido. Yo y mi equipo vivimos y pensamos carrera a carrera.