El Manchester United y el Chelsea empataron sin goles (0-0) en el encuentro que cerró la segunda jornada de la Premier League, un encuentro que sirvió para presentar a David Moyes ante su parroquia y que tuvo el reencuentro de Jose Mourinho con Old Trafford en la competición inglesa, pero en el que ambos equipos arriesgaron poco y se conformaron con las tablas.

En Old Trafford, la noticia saltaba antes de que el cuero comenzara a rodar con la titularidad de Wayne Rooney, objeto de deseo precisamente de Mourinho, quien relegó en este partido al banquillo a Fernando Torres para situar de 'falso 9' a André Schürrle, y de paso hacer compañía a Juan Mata en la banda.

En su debut como entrenador local, Moyes se llevaba el primer susto de la noche con un primer disparo de Oscar desde la frontal, que atajó seguro David de Gea. Sin embargo, el aviso fue un oasis en una primera mitad llena de imprecisiones y falto de ritmo que solo animó Robin van Persie. El holandés, auténtica figura de este United, tomaba el camino de la jugada individual y, tras dejar atrás a un par de defensas 'blue' y cuando el disparo parecía imposible, enganchaba un disparo que se estrelló en el lateral de la red.

El Chelsea, en el que Mata no tuvo un solo minuto, esperaba atrás dispuesto a que una contra letal mordiese a su rival. Pero el conjunto de Moyes no adelantó en exceso las líneas ni siquiera en la segunda mitad y su dominio posicional no se tradujo en verdadero peligro ni tampoco en riesgo de verse sorprendido por los 'blues'. El exceso de batalla táctica redujo las ocasiones y mantuvo a salvo tanto a De Gea como a Cech, guardando un punto para ambos equipos en un duelo que llega demasiado pronto y que terminó evidenciando el trabajo por hacer de ambos técnicos, que mantiene al Chelsea líder (con un partido más) y al United invicto.