Decir a estas alturas de temporada que el Real Madrid no juega bien, que aburre a un muerto, que la afición no entiende el juego de Capello y que los 100 millones gastados en fichajes poco han mejorado la plantilla del año pasado no puede sorprender a nadie.

Lo que sí resulta chocante es que, tras firmar una de las peores temporadas en cuanto a juego que se recuerdan, la 'flor' o eficacia del técnico italiano mantiene al equipo a cinco puntos del líder, aunque en realidad son cuatro, ya que ganan en el golaverage particular al Barcelona.

Así que, aunque el juego de los blancos no invita al optimismo, los números y sus dos últimas victorias ante Nástic y Celta han hecho renacer las esperanzas del club de Chamartín de no acabar por cuarto año consecutivo sin añadir un trofeo a las vitrinas del Bernabéu.

Un fin de semana clave

Hasta el presidente, Ramón Calderón, apuntaba durante una inauguración de una peña madridista en Vigo de que el Madrid pelearía por la Liga para demostrar que la conjura que nació del partido en el Camp Nou sigue viva y el equipo confía ciegamente en sus posibilidades.

De Momento, y curiosamente, el Domingo de Resurrección recibe a Osasuna en el Bernabéu, mientras que los de Rijkaard viajan a La Romareda; por lo que parece una fecha propicia para recortar puntos y ponerse a un partido del liderato, lo que supondría una dosis extra de moral para jugadores y afición.

La plantilla blanca es consciente de que restan diez finales para arañar cinco puntos a un Barça que, últimamente, siembra pocas dudas y parece haber recuperado su fútbol de anteriores temporadas. Pero ya se sabe que soñar es gratis y, visto lo visto, todo puede ser posible.