El Madrid pasa sin sudar

De la mano de un renacido Robinho, el conjunto de López Caro pasó a cuartos ante un Athletic nulo
El Real Madrid estaba en cuartos de final de la Copa del Rey hacía ya una semana, exactamente desde el gol de Beckham en San Mamés. El Athletic estuvo ayer en el Bernabéu, pero por estar, pues nunca rechistó el final previsto, facilitando un atisbo de reconciliación entre el equipo blanco y el Bernabéu. El inicio del partido fue un tostón, más de lo visto durante toda la temporada. Las tareas creativas quedaban confiadas a Gravesen, hombre poco dotado para la imaginación, y el juego de su equipo se resintió. Fue retrasar Guti su posición y cambiar el panorama.

Él se bastó para encender a su equipo, devolviendo a Robinho la pared que éste resolvería con el primer tanto. ¿Y el Athletic? Sin noticias. Lesión y gol Mientras Robinho fue la buena noticia, la lesión de Míchel Salgado, punto de inicio de la segunda mitad, fue la peor (amén de otro mal día de Baptista), aunque Cicinho cubrió su puesto con notable. El partido no cambió de guión, sólo jugaba el Madrid, no mucho, y casi por inercia llegó el segundo tanto, obra de Ramos en un extraño remate: la dio medio con el brazo, medio con la costilla. De ahí al final, los hombres de Caro se gustaron, ampliando el triunfo hasta la goleada merced a un cabezazo de Soldado y al segundo de Robinho, previo fuera de juego. Y a cuartos.

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