El Madrid se sobrepone al batacazo de Zaragoza y gana en San Mamés

El Real Madrid se redimió hoy en San Mamés del estrepitoso 6-1 sufrido en La Romareda con una solvente victoria (0-2) ante un Athletic Club de Bilbao que continúa con un calvario que parece no tener fin y que le mantiene en puestos de descenso.
Raúl Bravo y Robinho, los dos goleadores de la noche, se abrazan después del segundo gol del Real Madrid
Raúl Bravo y Robinho, los dos goleadores de la noche, se abrazan después del segundo gol del Real Madrid
Vincent West
Raúl Bravo y Robinho, los dos goleadores de la noche, se abrazan después del segundo gol del Real Madrid

El Real Madrid se redimió hoy en San Mamés del estrepitoso 6-1 sufrido en La Romareda con una solvente victoria (0-2) ante un Athletic Club de Bilbao que continúa con un calvario que parece no tener fin y que le mantiene en puestos de descenso.

El equipo blanco se mostró como bastante más sólido que hace tres días, si bien ante un rival que dejó claras todas sus carencias de este año, una fragilidad defensiva impropia de lo que dice su historia y una inoperancia en ataque acentuada hoy por las ausencias de Yeste y Etxeberría.

El conjunto de Javier Clemente queda ahora a expensas de que se complete la jornada para saber las consecuencias de su enésima derrota y el de Juan Ramón López Caro recobra el animo para intentar perseguir al Barcelona en Liga y para lograr una heroica remontada en Copa ante el Zaragoza.

El Athletic salió al campo con los mismos de la decepcionante derrota en Málaga de la jornada anterior, con el único cambio, obligado, de Dañobeitia por Yeste.

El Madrid, por su parte, salió con el once esperado, incluido un Guti que salió con un tobillo algo tocado y muy vendado.

A pesar de mantener los hombres, Javier Clemente propuso una disposición diferente a La Rosaleda, un 4-3-3 con Iraola formando una especie de "trivote" en línea por delante de una línea de cuatro y por detrás de dos extremos y un delantero centro.

El Madrid, clásico, ocupó un 4-4-2 en el que Robinho fue su estilete más importante, lanzado por Zidane.

De esa manera llegó muy rápido el 0-1. El francés habilitó al brasileño como suele hacerlo cuando está bien físicamente y Robinho aprovechó la indecisión en la salida de Lafuente batiendo por bajo y entre las piernas.

El Atlétic lo intentó, pero sin juego

Aunque fue un mazazo muy duro para el Athletic, el conjunto vasco intentó reaccionar.

Lo hizo más con pundonor que con juego y tratando de poner las cosas en una dinámica muy física.

Poco a poco, pero sin llevar mucho peligro, se fue acercando área de Casillas, hacia donde provocaba más corners que temor en la defensa blanca. Varias intervenciones del guardameta madrileño, todavía en el primer cuarto de hora, animaron a una afición rojiblanca que casi llenó San Mamés y que se volcaba con su equipo a la mínima jugada de peligro.

Superada la media hora, el partido pareció volverse local con llegadas a una y otra portería que no fructificaron de casualidad.

Inició la oleada Gurpegui, Iraola y Orbaiz en tres disparos consecutivos que fue repeliendo Casillas hasta que en el último lanzamiento se interpuso un defensa.

En esa fase de juego, no obstante, pudo sentenciar el Madrid. Fundamentalmente Robinho, que gozó de dos ocasiones claras para marcar. En la primera remató muy mal y muy alto y en la segunda se encontró con Lafuente, que se lució cuando el 0-2 parecía llegar.

El portero de Retuerto volvió a ser decisivo para mantener a su equipo en el partido antes del descanso al interponerse de nuevo en una acción de uno contra uno, en ese ocasión frente a Ronaldo.

En la segunda parte, Clemente hizo un variación táctica que ya apuntó al final de la primera: trasladó a Iraola al interior derecho y puso a Aduriz junto a Urzaiz para intentar buscarle las "cosquillas" por arriba a la defensa blanca.

Por ahí, en el juego aéreo, encontró el Athletic su primera ocasión en el segundo tiempo, pero Aduriz fue incapaz de rematar como debía un balón perfecto que le puso Orbaiz en la cabeza en jugada a balón parado.

Cuando parecía que el Madrid debía prepararse para el asedio local, el cansancio empezó a hacer mella en los jugadores rojiblancos que, a medida iba transcurriendo el partido, eran capaces cada vez de menos cosas.

Con el conjunto local casi entregado, el Madrid tuvo la oportunidad de sumar un segundo tanto en el descuento, en una jugada entre los recién ingresados en el terreno de juego, Baptista y Raúl Bravo, que batió sin oposición a Lafuente.

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