Lydia Valentín es una de las grandes esperanzas de España para lograr una medalla en los Juegos Olímpicos de Río de este verano. Tras quedarse muy cerca en Pekín 2008, donde fue quinta, y a las puertas en Londres 2012, cuando fue cuarta, esta halterófila leonesa que está a punto de cumplir 31 años ya ha sido campeona de Europa y del Mundo entrena con ilusión y habla de su deporte con pasión con las miras puestas en lograr, por fin, la tan merecida presea en unos Juegos. La progresión 'lógica' dice que logrará medalla en Río, aunque su mayor aval es su trabajo incansable y su amor por la halterofilia.

Estamos a menos de cinco meses para los Juegos de Río. ¿Qué es diferente en un año olímpico?

Llevamos mucho tiempo esperándolo. Para un deporte como la halterofilia que llegue el año olímpico es lo máximo, hemos estado entrenando todo el rato para esto, para la clasificación y para los Juegos, que es lo máximo en nuestro deporte.

Aún está de pretemporada.

Sí, estamos comenzando todavía. A final de año terminé con una lesión, en enero estuve recuperándome y ahora empezando los entrenamientos poco a poco porque el objetivo es Río. Empezaremos con el Europeo, que es en abril, pero todo está enfocado en recuperarse al 100% y llegar en las mejores condiciones a Río.

¿La halterofilia es más genética o trabajo?

La genética sin trabajo no sirve para nada, es una combinación de varias cosas. Tanto en la halterofilia como en otros deportes lo fundamental es el trabajo, y si trabajas y encima tienes buena genética serás alguien importante en lo que hagas. Pero sin trabajo, la genética no sirve para nada.

¿Tiene que llevar una alimentación muy específica?

Es un deporte con varias categorías de peso, así que es algo personal. Mi alimentación es saludable, inteligente, sabiendo en todo momento lo que comes y lo que no para afrontar el entrenamiento. Sobre todo variada y saludable, tengo que estar siempre manteniendo el peso y pesarme todos los días.

¿Por qué la halterofilia?

Tenía 11 años, fue de casualidad. Era una niña que le gustaba todo tipo de deportes, practicaba varios, y el entrenador de halterofilia vio que tenía bastantes cualidades y un buen físico y dijo ‘quiero a esta niña en mi gimnasio’. Él me explicó en qué consistía este deporte y al final me gustó tanto que… hasta ahora.

¿Y cuando se lo contó a la gente de su entorno?

Pues… ‘¿estás loca?’ (se ríe). No, tampoco eso, pero sobre todo mi madre se asombró un poco por el tema de que al ser una chica no lo asociaba mucho. Pero dijo bueno, le gusta todo el deporte, será una temporada, después pasará a natación o atletismo... y no se lo tomó muy en serio. Con el tiempo vio que dejaba todos los deportes y solo me centraba en la halterofilia, y ella feliz porque veía que era lo que me gustaba y veía que estaba supermotivada y que lo tenía muy claro. Mientras otras compañeras iban al parque a jugar o a otras cosas, yo iba al gimnasio. Veía que estaba feliz, contenta, que cuando iba a regionales ganaba, así que…

¿Lo ha tenido más difícil en un deporte como la halterofilia por ser mujer?

No. Es un deporte como otro cualquiera. Es un deporte físico, obviamente, pero da igual que seas mujer u hombre, es deporte. El entrenador no mira si eres chico o chica.

Quinta en Pekín 2008, cuarta en Londres 2012. ¿Seguirá con la progresión?

Obviamente espero que sí. Todo lo que dependa de mí voy a estar al 100%, pienso hacer la mejor participación olímpica en cuanto a marcas, aunque está claro que hay cosas que no dependen de ti como tus rivales o muchísimas otras cosas.

¿Consideraría un fracaso volver sin medalla?

Para mí sería muy decepcionante hacer algo que esté por debajo de mis posibilidades. Eso sí sería una decepción. Cuando lo doy todo y sé que he hecho un trabajo perfecto, excepcional, me da igual irme la última. Mi objetivo es hacer las cosas bien y las posiciones vienen solas, no te puedes obsesionar con los rivales, las posiciones… te vuelves loco. Tú vas, das lo máximo y después todo cae.

La gran lacra del deporte, el dopaje. ¿Cómo afecta a un deporte tan físico como la halterofilia?

Está claro que en este deporte se juega con muchas trampas, a los hechos me remito. La campeona este año pasado en dos tiempos en mi categoría dio positivo, en el 2014 la norcoreana que quedó primera en el Mundial dio positivo, en el 2013 la rusa que quedó campeona de Europa dio positivo. Hay bastantes casos de doping, mucho tramposo, y encima nosotros tenemos que jugar contra eso. Es un poco tabú, pero las cosas son como son. Lo que no está bonito es que tú quedes cuarta en el Mundial y que a la semana o al mes te digan que  has quedado tercera. Vale, pero… ¿y mi momento? ¿Mi medalla? Me da igual que quede bonito o no hablar del doping.