Mack Beggs es un joven texano que el año pasado se hizo famoso porque las autoridades deportivas le obligan a competir contra chicas. ¿El motivo? que es el sexo con el que nació, pese a que ahora es un chico y que está en pleno tratamiento para completar su reasignación. Ahora, ha vuelto a ganar el campeonato estatal de lucha en su peso (menos de 50 kg), entre abucheos y la incomprensión de público.

Tanto el propio Mack como sus oponentes quieren que luche contra hombres, pero la norma estatal indica que un deportista debe competir en la categoría que corresponda con su género de nacimiento. Esta semana ha ganado de nuevo el título, en su último año en el instituto, y tiene un mensaje: "Lo que espero es que la gente se dé cuenta de que esto es estúpido y que deberíamos cambiar las reglas para adaptarlas a gente como yo", relata a Dallas News.

Mack tiene una clara ventaja sobre sus rivales debido a la testosterona que recibe en su tratamiento. Está a la espera de someterse a una intervención quirúrgica que complete su reasignación, y que incluye la extracción de tejido mamario.

Algunas rivales se quejan de que al fin y al cabo, las inyecciones de testosterona que recibe Beggs (36 miligramos a la semana) son dopaje. Desde un punto de vista legal, no lo es, porque está prescrito por un médico y con un propósito médico válido". Algunas rivales respetan la identidad sexual de Beggs, pero opinan que debía esperar a acabar el instituto. Así lo dice una de sus rivales, Kayla Fitts: "Entiendo que quieras cambiar de género. Lo entiendo totalmente. Pero hay un momento y un lugar. Lo puedes hacer después del instituto. O si quieres hacerlo, puedes dejar el deporte. Porque no creo que sea justo que esté tomando toda esa testosterona. Son esteroides. Sé que no es mucho. Pero lo son".

Mack Beggs podrá, a partir de ahora, competir contra hombres. Tiene como objetivo representar a su país en los Juegos Olímpicos de 2020 y 2024.