La ecuación que daba como resultado el segundo título mundial de 250 cc de Jorge Lorenzo era sencilla: sumar cinco puntos en la carrera de Malasia; esto es, quedar undécimo o mejor. Y la operación salió bien, con Lorenzo definiendo su título a su estilo. «Este Campeonato ha sido Rocky VII. Él representa la lucha por superarse», dijo el bicampeón, que reconoció que «cuando creces valoras más estas cosas».

La carrera invitaba por tanto a la prudencia, al despacito, despacito que lo tuyo es una guerra y no la batalla, pero de haber seguido tales indicaciones, nada hubiera sido lo mismo ni Lorenzo, Lorenzo. La carrera quedó configurada por un pelotón de cabeza en el que Dovizioso, el gran rival, Bautista, Kallio, Barberá, Luthi y Lorenzo optaban al podio.

Quería ganar

Fue mediada la carrera cuanto casi todo lo importante sucedió. Dovizioso abrió hueco y se marchó en busca del triunfo, pero a Lorenzo no le dio la gana que su ‘gran amigo’ le robara un segundo de atención y pasó de la prudencia a la osadía, su rasgo más  propio (uno es como es, al fin y al cabo). Y le cogió.

No era día para presumir y, para certificarlo, allí estuvo el sufrido neumático trasero de su Aprilia para avisar a Lorenzo de que se relajara. El meneo que le dio la moto abstuvo al español de más demostraciones de poder. Se quedó quieto, y a disfrutar.

Por si la cosa no estuviera ya clara, el finlandés Kallio surgió del anonimato llevándose a Dovizioso al suelo y asegurando el bicampeonato de Lorenzo. La carrera restante valió para que Aoyama sacara tajada del desbarajuste llevándose la victoria y Héctor Barberá subiera al segundo escalón del podio, viéndose obligado (le detesta, tal cual) a felicitar a aquel que desde el tercero y, enfundado en un batín de boxeador, festejaba un título merecido. Jorge Lorenzo ha sido el mejor del año de cabo a rabo. Y ahora, a moto GP.

20  LÍNEAS. JORGE LORENZO

Nació el 4 de mayo de 1987 en Palma de Mallorca. Pilotó su primera motocicleta cuando apenas tenía cuatro años. Es bicampeón mundial de 250 cc.

Valiente, descaradoY genial

Tenía 15 años cuando Jorge Lorenzo comenzó a pedir paso a su estilo, con naturalidad y descaro. Quería pilotar en el Mundial, pero su edad no se lo permitía. Cinco años después ha demostrado que es un piloto genial. Pero no sólo pilota: escribir artículos, diseñar logos propios o tocar la guitarra son otros hobbies de este chico que un día llegó a decir: «Si yo no fuera Jorge Lorenzo, me caería mal». El año que viene tendrá como compañero a uno cómo él, Valentino Rossi. La cosa promete.