Loles Vives: "El atletismo español ha pasado de bajitas y culonas a Ruth Beitia"

  • La atleta catalana, de 52 años en la actualidad, fue la pimera mujer española que corrio los 100 metros lisos en menos de 12 segundos.
  • "Las atletas españolas no acostumbrábamos a salir muy bien paradas cuando competíamos en el extranjero contra algunos de los potentes equipos europeos".
  • "Marlies Goehr, que era mi ídolo, me sacaba un segundo en 100 metros. ¿Cómo es posible si a los 14 años corríamos casi igual?", recuerda la velocista.
Un instante de la prueba femenina del Cross de Valladolid 2015.
Un instante de la prueba femenina del Cross de Valladolid 2015.
EFE / NACHO GALLEGO
Un instante de la prueba femenina del Cross de Valladolid 2015.

Loles Vives, la primera española que corrió los 100 metros en menos de 12 segundos, se considera "fiel reflejo de aquellas atletas paticortas, bajitas y culonas", como las definió la prensa de la época, pero celebra que hayan progresado tanto que su mejor exponente ahora es Ruth Beitia, de 1,92 metros de estatura, campeona de Europa de salto de altura.

La atleta manresana intervino el pasado viernes en la presentación del Libro de los récords españoles en un acto al que asistieron, en la sede del Consejo Superior de Deportes, un centenar de plusmarquista españoles de todas las épocas. "Cuando me dijeron que me habían elegido para hablar en representación de las chicas de mi generación, me sorprendió. ¡Pues anda que no las hay con bastante mejor historial que el mío!", reconoció, "pero después, analizándolo bien, pensé que quizás no estaban tan desacertados".

Porque Vives se considera "un fiel reflejo de aquellas atletas españolas paticortas, bajitas y culonas, como las definía una crónica periodística de la época". "Lo que me jorobó cuando leí aquello", confiesa la esposa del antiguo saltador de altura Martí Perarnau, "es que me di cuenta de que tenía bastante razón. Lourdes (Valdor), Rosita (Colorado), Asun (Sinovas), ¡Bienvenidas al club!".

"En aquellos tiempos de dictadura y machismo", recuerda Loles, "las atletas españolas no acostumbrábamos a salir muy bien paradas cuando competíamos en el extranjero contra algunos de los potentes equipos europeos y especialmente de la Europa del Este". "En la Copa de Europa de Sofía en 1979", prosigue, "cuando nos medimos con la superpotente RDA, ellas iban con medio equipo suplente y arrasaron. Nosotras quedamos últimas. Estaba claro que ante las esbeltas walkirias alemanas no había comparación posible".

Pioneras en un mundo con dopaje de Estado

Vives admite que las alemanas "no sólo ganaban en belleza (bueno, no todas, también había algunas con barba y bigote, matiza), sino que arrollaban en la pista". Aquella inferioridad de las españolas tuvo dos excepciones, indica Loles: "mi admirada y estimada Carmeta Valero fue la única que logró dejar atrás a alemanas, rusas, polacas, rumanas y lo que se terciaba. O la elegante Josefina Salgado, en paz descanse, que solía imponer su poderío en la vuelta a la pista".

"Más tarde", observa, "comprendimos la verdadera y triste realidad. Aquellas atletas eran mucho más altas, fuertes, resistentes y mucho más rápidas que nosotras. Marlies Goehr, que era mi ídolo, me sacaba un segundo en 100 metros. ¿Cómo es posible si a los 14 años corríamos casi igual?", se preguntaba. "Ahora sabemos que su poderío era fruto del uso continuado de anabolizantes que, si en un hombre otorgan ventaja, en las mujeres es todavía mucho más ventajoso y notorio. Se supo, pero el daño ya estaba hecho. Aunque ahora sepamos que nuestras marcas eran mucho más valiosas de lo que creíamos, ya no hubo marcha atrás".

"Por fortuna, cayó el muro de Berlín, el escándalo se destapó, los controles antidopaje se endurecieron y las diferencias entre las españolas y la elite europea dejaron de ser tan evidentes", dice. Vives arguye que "de aquel complejo de inferioridad surgieron atletas de relevancia, con un primer cambio sustancial en Barcelona 92 y la reciente eclosión en Londres 2012 y también en Mundiales, aportando al historial español más medallas que los chicos". "El atletismo no ha sido una excepción: las mujeres brillan ahora con luz propia (lo vimos el verano pasado en los Europeos de Zúrich). Nadie pudo imaginar entonces que España llegaría a contar con una de las mejores especialistas del mundo en salto de altura. España ha pasado de bajitas y culonas a Ruth Beitia", anota.

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