La Unión Deportiva Lleida, que milita en la Segunda División B y está en situación de concurso de acreedores, podría desaparecer para volver a constituirse con otro nombre y jugar en una categoría inferior si finalmente fracasa su plan de viabilidad o no se llega a un acuerdo con los acreedores.

La UD Lleida, que a lo largo de su historia ha jugado dos temporadas en la Primera División, la 1950-51 y la 1992-93, presentó en julio del pasado año un concurso voluntario de acreedores -antigua suspensión de pagos- con el objetivo de garantizar su viabilidad.

Siete meses después, sin embargo, la difícil situación económica que atraviesa el club que preside Anabel Junyent pone en riesgo no solo su continuidad bajo el nombre de Unió Esportiva Lleida, sino también mantenerse en la Segunda División B.

El alcalde de Lleida, Àngel Ros, ha dicho este lunes que las posibles soluciones a la delicada situación financiera de la UE Lleida son escasas. De hecho, ha señalado Ros, se reducen a dos: o bien se logra redactar un plan de viabilidad que funcione y que permita llegar a un acuerdo entre los acreedores o bien el club debería disolverse para dar lugar "a otro que lo sustituya partiendo de cero y en otra división".

El alcalde ha expresado su pleno apoyo a la entidad deportiva, a la que el Ayuntamiento destinará este año una subvención de 200.000 euros, un tercio menos que en años anteriores debido a la crisis.