El futuro del Liverpool podría estar en el aire. El club inglés, cuyos propietarios son los estadounidenses Tom Hicks y George Gillett, perdió el año pasado 48 millones de euros. La mayor parte de la cantidad, 40 millones de euros, se deben íntegramente a el pago de los intereses contraídos por el crédito solicitado para comprar el club.
Lo ha revelado una auditoría realizada al club recientemente, y que recomienda una refinanciación urgente del préstamo antes del 24 de julio. A pesar de ello, los auditores, de la Companies House (órgano preteneciente al Gobierno británico) se muestran esperanzados en que los dueños del club puedan garantizar los fondos.
Hicks y Gillett adquirieron el equipo en febrero de 2007, con la promesa de construir un nuevo estadio. Con ese proyecto en espera, al menos hasta 2012, ahora la solución más factible para salvar la situación podría ser la venta de jugadores.
De este modo, futbolistas como Steven Gerrard o Fernando Torres, sus dos pilares, podrían salir al mercado. El capitán, de hecho, está en la órbita de futbolistas que gustan a Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
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