Algunas zonas del centro de Lisboa amanecieron este domingo intransitables por los restos de basura, botellas y algún que otro desperfecto tras la larga fiesta de los madridistas.

Cientos de botellas, mezcladas con todo tipo de basura, tuvieron que ser retiradas de las plazas de la Figueira y el Rossío, ésta última lugar de concentración de los merengues para seguir, a través de una pantalla gigante, la final de la Liga de Campeones en la que su equipo se impuso al Atlético de Madrid por 4-1.

Fuentes policiales, citadas por el Diario de Noticias, aseguran que de madrugada no se podía circular ante la cantidad de basura acumulada en la zona, en la que también se pueden constatar algunos desperfectos en el mobiliario urbano.

A la espera de que la Policía de Seguridad Pública (PSP) haga un balance definitivo del operativo de control puesto en marcha con motivo del partido, previsiblemente esta tarde, solo fueron detenidos 22 hinchas en las inmediaciones del estadio en el que se disputó el encuentro.

Fueron arrestos por posesión de armas blancas o de artefactos explosivos, según declaró a varios medios lusos un portavoz de la PSP, que añadió que también se impidió el acceso al estadio a varios seguidores de los equipos madrileños que portaban entradas falsas.

Horas antes de la final, la PSP había informado de la detención de otros tres hinchas españoles, uno por tenencia de artefactos pirotécnicos y otros dos por agresiones a la autoridad que, tras ser interrogados, fueron puestos en libertad.