Una Liga para la marea verde

Tras tres finales, Unicaja pudo pasear ayer el trofeo ACB por las calles.
La plaza de la Marina era ayer un mar de aficionados. El resumen de la alegría por la consecución del título de la ACB por parte de Unicaja lo vociferó una joven a una de las cámaras de televisión que cubrían este momento histórico: «He esperado esto desde pequeña».Hace una década escasa que los malagueños soñaron con acariciar el trofeo máximo del baloncesto español. Durante los play-off imaginábamos entre los árboles del parque esa copa que ayer relucía en el sol del atardecer de Málaga. El Barça y un triple que no entró se encargó de despertarnos de aquello.

«Campeoooones, campeooones», cantaba la masa de miles de cabezas y bufandas que se congregaron ayer alrededor del bus Málaga Tour. El grito parecía el eco de los del año pasado, cuando Unicaja conquistó la Copa del Rey. Aquel título fue el segundo en la vitrina de Los Guindos, ya que en la temporada 2000/01 Unicaja se trajo a casa la europea Copa Korak.

Adiós a la espina clavada

Los «héroes», como decía ayer un aficionado, desfilaron con pelucas verdes. La fiesta de cada partido en el Martín Carpena, esa caja de reverberación de la mejor afición de España, se desparramó por la ciudad. La hazaña ha consistido en sacarse la espina que nos endosó el TAU hace cinco años, cuando nos barrieron de los play-off con el mismo 3-0 que Unicaja le devuelve ahora. «La, la, la, la, la, la...».

Arrimándose al campeón

«Hay cosas que no se pagan con dinero», afirmó un entusiasta técnico Sergio Scariolo. Diputación y Ayuntamiento anunciaron ayer que propondrían otorgar sus medallas de oro al campeón Unicaja. Por su parte, el PSOE ha prometido que si gana las elecciones municipales dará un millón de euros al club. Al básquet malagueño le costó tres intentos ser el mejor.

«Este tipo de celebraciones, como las de hoy, me sirven para convencer a los buenos jugadores de que vengan a jugar al Unicaja»

Sergio Scariolo Entrenador del Unicaja

Mostrar comentarios

Códigos Descuento