Las quejas públicas sobre el rendimiento mostrado por varios compañeros en la derrota doméstica (0-4) al Deportivo de La Coruña, unas manifestaciones de las que posteriormente se retractó no sin que antes se iniciara una investigación oficial de ese partido por las sospechas de fraude deportivo, le pueden salir caras a José Javier Barkero.

Y todo porque Sergio Ballesteros, el rocoso y contundente defensa central del Levante, superviviente a una campaña de acusaciones sobre la dureza de su juego, medita denunciar al jugador donostiarra porque considera que las consecuencias de sus palabras, que considera injurias y calumnias, han supuesto un menoscabo para su reputación e incluso la de su familia. Ballesteros así se lo ha hecho saber a Barkero.

De tal posibilidad se hizo eco el pasado lunes una radio local valenciana que citada a fuentes muy cercanas al central granota. Sí al final se concreta, sería la primera vez en la que un futbolista lleva a los tribunales a un compañero de vestuario. La relación entre los dos es inexistente y son la principal fuente de tensión dentro del plantel granota.

Ballesteros, gran capitán del Levante UD, no ha comparecido aún ante los medios para dar su versión. Y no ha sido por falta de ganas. Tras un par de conatos finalmente ha aplazado su comparecencia hasta que la entidad valenciana esté matemáticamente salvada.