"El confort ha cerrado los cines de Madrid"

El investigador y bloguero David Miguel Sánchez traza una historia de las salas de la capital en su libro 'Cines de Madrid'. Le preguntamos por la historia de estos locales, y por las razones que han acabado con muchos de ellos. Por YAGO GARCÍA
"El confort ha cerrado los cines de Madrid"
"El confort ha cerrado los cines de Madrid"
"El confort ha cerrado los cines de Madrid"

La pasión por el cine puede engendrar afición por la aventura... Y por otras cosas. Sin ir más lejos, cuando le preguntamos al bloguero y escritor David Miguel Sánchez Fernández qué le motivó a investigar la historia de los cines de Madrid, lo tiene claro: Los Goonies. "En mi barrio había muchas salas de cine, y casi todas cerradas: cuando uno es pequeño siempre le intrigan esos espacios abandonados, y más aún siendo la época de esa clase de películas", nos comenta. Con los años, el interés por el misterio se combinó con el interés por la arquitectura, y "tras haber revuelto decenas de archivos", David comenzó a publicar sus hallazgos en un blog (¿Dónde están los cines de Madrid?) que ahora se ha convertido en libro: Cines de Madrid (Ed. La Librería) es el volumen en el cual este autor recopila sus investigaciones sobre las salas de la capital, que fueron numerosísimas en su día y que ahora podrían constituir una especie en extinción.

En Cines de Madrid, David Sánchez nos lleva de paseo por un panorama no muy distinto al del filme Cinema Paradiso: si en la Gran Vía madrileña se han cerrado más de 10 locales en la última década (como los famosos Palacio de la Música y Avenida), las principales víctimas de este descenso en el número de salas han sido los cines de barrio, muchas veces demolidos tras su cierre y que sólo quedan en el recuerdo de quienes los frecuentaban. De ahí que el escritor se haya sentido como "un biólogo y un arqueólogo, porque muchos locales desaparecieron hace décadas y quedan poquísimos datos para poder estudiarlos".

Lujo en la Gran Vía, 'chavalería' en los barriosCuando le preguntamos por sus locales favoritos, David nos inunda con una lista de más de 20 salas, como el Consulado, el Lux, el Orpal o el Gran Metropolitano ("mi debilidad"). Y eso, sólo en el centro. Recordando, por otra parte, que "esas salas de barrio, a las que acudía la chavalería, los matrimonios y las parejitas de rigor, son las que más añora la gente". Por supuesto, también habla con nosotros de la 'clase alta' de los locales madrileños: los suntuosos locales de la Gran Vía, de coste mucho más alto y donde llegaban las películas de gran estreno. "Pero en la Gran Vía también había categorías: el cine Actualidades, que fue el primero en cerrar, era una sala de reestreno sin ningún tipo de lujo". Aun así, el paso del tiempo y la caída en las cifras de espectadores desde los años 60 y 70 no respetaron clases ni linajes: "Con el tiempo, ese clasismo se fue perdiendo, y todos desaparecieron por igual".

cine_avenida_madridPor otra parte, David Sánchez tampoco parece rendir tributo a la nostalgia gratuita: nos recuerda que muchos cines desaparecidos no eran precisamente joyas de la arquitectura ("la mayoría aparecieron en los años 50 y 60, con lo que no tenían el atractivo de los cines de los 20 y los 30") y que en ellos había más bien poco de glamour.

"Muchos de ellos no reunían las condiciones para una buena proyección, y si eran reformados para adaptarse a ellos, ya no tenían el encanto del pasado". Por otra parte, aunque ahora haya cierto romanticismo en recordar los días del reestreno y la sesión continua, estos "transcurrieron durante la posguerra, un período muy amargo y difícil en el cual no había dinero para comer, pero sí una peseta para gastarla en un cine de sesión continua". Al menos, las salas de la Gran Vía se salvan de la demolición: al estar localizadas en inmuebles de gran valor y muy céntricos, sus propietarios optan por reconvertirlos en tiendas espaciosas, y caras.

Pero los cines más lujosos de Madrid tampoco se han librado de sufrir con las reformas. David Sánchez recuerda que el Cine Avenida "llegó a sus últimos días completamente deformado, cuando se cerró lo único que quedaba de valor era la escalera y el vestíbulo". En el maltrato a edificios históricos como el Salamanca (actualmente, una tienda de ropa), el Barceló que ahora cobija a la discoteca Pachá y otros tantos, no es ajena la indiferencia de las autoridades, "pero el daño viene de mucho antes, de los últimos años de la dictadura, cuando se derribaron los locales más antiguos".

Adiós al bombón heladocine_dore_madrid

Como "clásicos entre clásicos" que aún siguen en activo, nuestro experto cita al CineCapitol y al Cine Callao (ambos en la Gran Vía) y llama la atención sobre las malas condiciones del Cine Bogart de la calle Cedaceros, "que fue uno de los primeros locales de proyección en Madrid, junto al Cine Doré [local actual de la Filmoteca Española, en la foto], y que lleva muchos años cerrado". Pero ahora toca preguntarle por la causa de estos cierres masivos, y haciéndolo nos llevamos una sorpresa. Porque, mientras que otros expertos en la historia de los cines de Madrid achacan su desaparición a la piratería, David es más realista y apunta a otro responsable: "Yo no achacaría el problema más que a la evolución del cine", afirma. "El tiempo pasa, y buscamos un mayor confort y comodidad: olvidarnos del coche, comer en un restaurante de comida rápida y ver una película en un recinto ameno", prosigue, y remacha: "Ver cine no ha muerto, lo que sí ha muerto es el ritual de ir al cine".

Así las cosas, y como despedida, le preguntamos por su opinión sobre los cines de centro comercial, que parecen gozar de una salud estupenda pese a todo. "Arquitectura poca, mas bien diría decoración", comenta. "Las salas son cubículos de dimensiones desproporcionadas en algunos casos, y minúsculas en otros, todo enmoquetado en tonos oscuros y donde tan solo destaca las lucecillas azules de los pasillos". Y concluye: "La única decoración superflua que destaca es la delos cartelones de las próximas exhibiciones, los perritos, las Coca Colas, y las hamburguesas que les han ganado la guerra al cigarrillo del descanso, al bombón helado y a las pipas".

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