Léo Godefroy es el recogepelotas más famoso de Roland Garros, desde que cruzase bolas con Rafa Nadal, tras la victoria del manacorí sobre Gasquet. Aún en una nube por haber podido jugar en la pista central con su ídolo, conversó con 20minutos Francia sobre áquel momento, sus sensaciones y cómo lo vivió toda su familia. "Aún no dejo de recibir mensajes y las imágenes se siguen repitiendo en mi cabeza, como en bucle. Mentiría si dijese que no dormí porque se llega cansado a casa después de tantos días recogiendo pelotas".

Así narraba Leo el sueño cumplido: "Ya me parecía increíble recoger las bolas de mi ídolo. Imagínate lo que es jugar con él. Me parece imposible. Es increíble".

Reconoce que en el momento que le dijeron de acercarse lo pasó un poco mal: "Justo antes de entrar, cuando te das cuenta de que es verdad, te estresas. Las piernas me temblaban un poco. En cuanto hice el primer golpe, intente disfrutarlo al máximo. Intenté estirar el punto, porque el público gritaba cada vez que yo pasaba la red y solo pensaba en no cometer errores."

Además de la experiencia, le sorprendió la cercanía de Rafa: "Me preguntó en francés cómo me llamaba."

Lo único que lamenta Leo es que su padre se lo perdiese: "Él tenía un sitio en la pista central, pero mi hermano quería un autógrafo y decidió salir del recinto. No me vieron en directo. Mi madre, que estaba con mis abuelos, viéndolo por televisión, alucino."