El presidente del Barça, Joan Laporta, ha recalcado que los jugadores barcelonistas, acusados desde el Espanyol por haber celebrado sus goles con los radicales, son "contrarios" a actuaciones violentas y recordó los repetidos premios al juego limpio logrados por el equipo en las últimas temporadas.

"A los jugadores del Barça que ni me los toquen, se han comportado perfectamente. Tal vez son excusas por no haber ganado el partido. Los jugadores del Barça son contrarios a este tipo de actuaciones, que no se vaya por aquí", ha dicho Laporta, en unas declaraciones a TV3, en las que ha insistido que sus jugadores celebraron los goles "con los aficionados no violentos".

El mandatario culé, que desterró a los radicales del Camp Nou desde que accedió a la presidencia en 2003 lo cual le valió amenazas de muerte y hasta un cambio de domicilio, se quejó de que esos aficionados se "escondan tras el escudo del Barça" para realizar todas estas "gamberradas".

"Son unas conductas que no benefician al Barça y quiero dejar claro que en ningún caso representan a nuestra afición, que es civilizada, desapasionada y que nunca ha practicado estas conductas", ha insistido.

Quiso dejar claro que el Barça no tiene "ninguna responsabilidad" en los ocurrido. "Ayer me lo recriminaban. Llevamos seis años luchando contra estos violentos y hemos pagado un precio muy alto. Hemos colaborado estrechamente con la policía y no entran en el estadio. Estamos permanentemente alerta, no habrá ninguna tolerancia", ha asegurado.

El presidente del Barça desveló que los radicales han continuado con las amenazas hacia su persona "de manera sistemática", pero advierte de que no le asustarán.

Joan Laporta: "¡No me toques!"

Laporta vivió una noche incómoda en el derbi catalán, tras los graves incidentes de los 'Boixos Nois', y tras ser recriminado por varios aficionados del Espanyol.

El máximo mandatario culé incluso llegó a perder la compostura, ante los altercados, por los que se tuvo que detener el encuentro en más de diez minutos. "¡La culpa es vuestra!", repetía Laporta a los directivos del Espanyol, ante los improperios que le dirigían los aficionados.

"¡Yo no les dejé entrar!", exclamaba el presidente, ante la prohibición que impera en el Camp Nou desde que él preside el club.

Ante la reprimenda de un miembro de la directiva espanñolista, en la que se le indicaba que debería mantener la compostura para no alterar en mayor medida los acontecimientos, el presidente actuó con brusquedad. "¡No me toques, no me toques!", exclamaba a este directivo catalán.