El partido entre Inter de Milán y Nápoles estuvo teñido de polémica desde antes incluso de que se pitase el inicio del encuentro. Los ultras de uno y otro equipo provocaron serios problemas de seguridad, hasta el punto de que cuatro personas resultaron apuñaladas y otra murió atropellada por una furgoneta.

Si los incidentes en las gradas y los aledaños a San Siro aumentaron la tensión del partido, lo que se vivió en el campo no fue menos. Las dos hinchadas tuvieron varias peleas durante el partido, y hubo insultos racistas hacia varios jugadores de raza negra, sobre todo hacia el napolitano Koulibaly, que acabó expulsado por doble amarilla notablemente enfadado por lo que escuchaba de la grada.

Cuando acabó el partido, Koulibaly utilizó twitter para referirse a lo ocurrido: "¡Lamento la derrota y sobre todo haber abandonado a mis hermanos! Pero estoy orgulloso de mi color de piel. De ser francés, senegalés, napolitano: hombre".

Koulibaly es uno de los futbolistas que más sufren este tipo de actitudes racistas cuando sale al terreno de juego, lo que hizo que acabase muy nervioso y, a la postre, expulsado. "Kalidou estaba alterado y nervioso, no tenía un estado de ánimo sereno porque le preocupa mucho el discurso racista sobre el que están también comprometido socialmente", explicó Ancelotti tras el partido, que también dijo que pidieron parar el partido varias veces.