Dos clásicos de Europa en una final inédita, la tercera consecutiva. El tercero del ránking histórico contra el sexto. Dos equipos que han alcanzado el último partido en ocho ocasiones. Un Barça que prolonga el idilio que mantiene con la máxima competición continental, con tres de sus cuatro títulos llegando tras el cambio de siglo, frente a una Juventus de Turín  que atesora dos y que no alcanzaba el partido final (con derrota ante el Milan) desde 2003 en el Old Trafford de Manchester. El turco Cüneyt Çakır, de 38 años, impartirá justicia en un partido con una pátina sentimental, la que aporta el último partido con la elástica culé de Xavi Hernández. El canterano, 150 partidos en la Champions hasta este sábado, resumen y concentra las esencias de una forma de concebir el balompié que le ha acabado dando muchso réditos al Barça. Al Barça y al fútbol español.

Barceloneses y turineses, catalanes y piamonteses, acuden al Estado Olímpico de Berlín tras haber conquistado en sus respectivos países tanto el título de Liga como el de Copa. Un pulso de dobletes con trayectorias dispares en la Champions League, donde el conjunto azulgrana ha sido mucho más contundente que los de Turín. Si el Barça, como mínimo semifinalista en cuatro de las últimas cinco ediciones del torneo (la pasada campaña le apeó el Atlético en cuartos), se planta en la capital alemana avalado por diez victorias y dos derrotas (una en la fase de grupos, ante el PSG; otra en la vuelta de las semifinales en el feudo del Bayern de Múnich), la Juve, acaso más titubeante e irregular, incluso segunda de su grupo de la fase previa, ha ido de menos a más en la gestión de la competición: siete victorias, tres empates y  dos derrotas.

En Europa, el Barça y la Juve se han visto las caras  en seis ocasiones, y en dos, la primera y la última, fue en la principal competición balompédica del Viejo Continente. Dos clasificaciones y una eliminación. Dos victorias, dos empates y dos derrotas. El estreno sucedió en los cuartos de final de la Copa de Europa de la campaña 1985-86, con doble victoria y avance azulgrana. Idéntica suerte (que no resultados) correrían sus enfrentamientos en la Recopa de Europa 1990-91. En los cuartos de la Champions de 2002-03, con Luis Enrique como jugador en activo, el Barça fue eliminado.

Luis Enrique y Massimiliano Allegri, los técnicos, ni ocultan su admiración por el rival ni tampoco esconden sus ambiciones por el título. "Es uno de esos partidos divertidos para los entrenadores", indicó el primero. "Vamos sabiendo que pasaremos momentos difíciles, pero también habrá algunos favorables para nosotros", valoró el segundo. El asturiano, a un paso de igualar el triplete firmado bajo la dirección técnica de Pep Guardiola, admitía que esta posibilidad le seducía más: "Más que la quinta Champions, me motiva el triplete". El segundo de la historia. En el Barça, toda la plantilla está disponible. En la Juve, el central Giorgio Chiellini alimentó el apartado de las dudas por culpa de unas molestias en un gemelo durante el entrenamiento de este miércoles. El jueves, finalmente, fue descartado. Chiellini, por cierto, sin cuentas pendientes, se reencuentra con Luis Suárez tras el episodio del mordisco.

Un final donde se enfrentan un ataque de ensueño con una capacidad física fuera de toda duda.  La delantera compuesta por Messi, Luis Suárez y Neymar,  25 de los 28 goles culés en la Champions firmados por los tres, ante un club turinés camaleónico, con mucho músculo en el centro del campo al ritmo marcado por la clase de Pirlo y con la aportación ofensiva de un Álvaro Morata que les dio el pase a la final; y que, como jugador forjado en la cantera del Real Madrid, encuentra en el Barça un aliciente . El veterano medio, además, es el motor de un potente juego a balón parado. De alguna forma, una final en la que se enfrentan la magia contra la disciplina.

Y la de un club que ha crecido mucho en la Champions, donde se estrenó curiosamente ante un club italiano, ante otra entidad, también transalpina, capaz de encadenar tres finales consecutivas, que regresa a su cúspide y que, junto al Benfica y el Bayern, es el que más derrotas acumula en finales: cinco, tres de ellas, sus últimas presencias. En Berlín podría llegar un fatídico desempate. O una continuidad: la última derrota en una final culé llegó con el Milan italiano.