La Juventus, otra vez en el camino del Real Madrid. Hubo una época, hace no mucho, en la que esto era algo habitual, cuando los blancos resurgieron en Europa y los turineses eran uno de los ogros del continente. A finales del siglo pasado y principios de éste, su rivalidad fue de época. Sus triunfos, más o menos repartidos.

La Vecchia Signora llevaba hasta esta temporada más de una década sin alcanzar las semifinales de la Champions. La última vez que lo hizo fue, concretamente, en 2003. ¿Su  rival? El Madrid de los Galácticos. Aquel equipo de Ronaldo, Zidane, Raúl, Roberto Carlos, Figo y compañía, que venía de proclamarse campeón de Europa unos meses antes, cayó en Turín en un partido para el recuerdo en el que un penalti parado por Buffon a Figo cambió la suerte de la eliminatoria. Fue el principio del fin del primer megaproyecto de Florentino, que se estrellaría con estrépito en las siguientes temporadas.

La Juve también fue el rival de los blancos poco después, en 2005. Y el triunfo volvió a ser de los italianos. Esta vez fue en octavos de final, y Delle Alpi volvió a ser demasiado para un equipo en franco deterioro. La ventaja de 1-0 lograda en el Bernabéu no fue suficiente, y pese a que tampoco los italianos pasaban su mejor momento, los goles de Trezeguet y Zalayeta apearon al Madrid de los cuartos.

Pero pese a esas últimas derrotas, la Juventus siempre será recordada con agrado por el público del Real Madrid. La séptima Copa de Europa, lograda tras 32 años de sequía, fue ante el equipo italiano con aquel inolvidable gol de Pedja Mijatovic.

Han pasado dos semanas desde que el Madrid eliminó al Atlético, pero la enfermería blanca sigue con importantes bajas. Ancelotti -exentrenador de la Juve, por cierto- seguirá sin poder contar con Modric ni Benzema, pero recupera a Gareth Bale, que reapareció con éxito en Sevilla este fin de semana.

El 'experimento Ramos', colocando al camero en el centro del campo, volvió a funcionar en el Pizjuán, por lo que es probable que Carletto repita con él en el medio y con Pepe y Varane en defensa. Kroos, Isco, James y Cristiano son indiscutibles, por lo que la gran duda será si el técnico italiano apostará por la velocidad de Bale o por el remate y el oportunismo de Chicharito. Todo dependerá del estado físico del galés, aunque casi con toda seguridad se repartirán los minutos.

El dominio en el calcio de la Juventus está siendo demoledor en los últimos años. Este fin de semana levantó su cuarto Scudetto consecutivo y ahora se puede centrar en su gran asignatura pendiente en los últimos años: Europa. Las semifinales ya suponen el regreso a la élite continental, pero el equipo más laureado de Italia quiere más.

El cambio de Conte por Allegri no ha modificado en exceso a un equipo bien construido, con un experto portero (ojo al duelo de veteranos Buffon-Casillas, los dos mejores de la pasada década), fiables veteranos atrás (Chiellini, Evra, Barzagli, Bonucci, Martín Cáceres) pero con un centro del campo con bajas importantes. Marchisio no jugará más esta temporada, pero si el Madrid no cuenta con Modric, a la Juventus le faltará Pogba, la gran sensación del fútbol europeo. La perfecta mezcla de calidad y potencia del medio galo no estará disponible para la ida, y es seria duda para la vuelta, por lo que la responsabilidad del juego queda para el eterno Andrea Pirlo y el incansable Arturo Vidal.

Pero el verdadero peligro para el Madrid está en el ataque juventino. La gran estrella es Carlos Tévez, un delantero desequilibrante y que llega en un gran momento de forma, y Álvaro Morata, el ‘niño bonito’ de la cantera blanca y que afrontará este partido con más ganas de nadie. Es su momento y llega en un estado de forma excepcional. Desde el banquillo quedará la opción de Fernando Llorente, un lujo.