El hospitality de Yamaha es donde se fabrica el día a día de Jorge Lorenzo los fines de semana de carrera. "Aquí come, atiende a los medios, recibe a sus invitados y comparte sus sensaciones en pista con su equipo", asegura Marco Benaglio, el jefe de esta especie de cafetería-restaurante itinerante en el que trabajan un total de nueve personas, todas ellas de nacionalidad italiana, y que presume de hacer el mejor café del paddock.

Benaglio, que lleva más de una década en este negocio, tiene una relación muy cercana con el actual líder del Mundial de MotoGP y ambos aterrizaron en Yamaha en 2008: "Jorge es un amigo antes que un jefe. Todos tenemos muy buena relación con él. Somos como una familia", sostiene. Y añade un detalle que dice mucho del piloto mallorquín: "Es el único piloto de los que he conocido que cuando entra en el hospitality saluda sin excepción a todo el que se encuentra allí".

El italiano vivió muy de cerca uno de los momentos más complicados de Jorge Lorenzo en Yamaha: cuando se deterioró por completo su relación con su entonces compañero Valentino Rossi. "El primer año Lorenzo y Rossi se llevaban razonablemente bien. Pero la relación entre ambos empezó a torcerse en 2009 y al final de la etapa de Rossi en Yamaha la tensión era más que palpable. Era una situación muy incómoda para todos", explica Benaglio.

El hospitality de Yamaha es una locura. "Por aquí pueden pasar a lo largo del fin de semana hasta unas 1.200 personas. La mayoría son invitados del equipo que vienen a comer", cuenta Marco Benaglio, quien dice que pese a haber viajado por todo el mundo, no conoce la mayoría de los sitios a los que van. "Lo único que podemos hacer es salir a cenar los lunes por la noche, cuando terminamos de desmontar el hospitality. Solemos tardar dos días en montarlo y uno en desmontarlo", comenta.