Jorge Crivillés: "Da igual que hayas entrenado. Si la cabeza falla, estás perdido"

Jorge Crivillés durante el nado en el Canal de Tsugaru, en Japón.
Jorge Crivillés durante el nado en el Canal de Tsugaru, en Japón.
JORGE CRIVILLÉS
Jorge Crivillés durante el nado en el Canal de Tsugaru, en Japón.

Vistador médico de profesión, Jorge Crivillés no conoce límites a sus 46 años. El viernes se convirtió en el primer español en cruzar a nado los treinta kilómetros del canal de Tsugaru, en Japón. Días después, aún le cuesta asimilarlo: "Poco a poco voy volviendo a la normalidad, pero hay momentos en los que me sigue sorprendiendo lo conseguido".

Pero este no es el primer reto que se propone -ni que tiene en mente- este alicantino. "Comencé a nadar en 2009 por unos problemas de espalda y desde entonces he ido sumando retos", explica. De hecho, es uno de los cuatro españoles que logrado completar la llamada triple corona, que consiste en cruzar el Canal de la Mancha (2012), la Isla de Manhattan (2014) y el Canal de Santa Catalina (2015).

Además, en 2016 tambié completó el Canal de Molokai, en Hawai. ¿Por  qué? Su objetivo es cumplir con la prueba de los Siete Océanos -iniciada por el nadador Steven Munatones hace ocho años-. Le quedan tres. "Para cumplirlo tengo que hacer el Canal del Norte y el Estrecho de Cook, y repetir Gibraltar". Tiene que volver a cruzarlo porque la primera vez que lo hizo fue vistiendo neopreno, algo que las bases de la prueba no permiten.

"El nado fue agónico"

"La preparación para estos retos tiene que durar entre nueve y diez meses", cuenta Crivillés. Reconoce que el hecho de que solo 28 personas hayan cumplido con el Canal de Tsugaru se debe a su complejidad: "Hay corrientes muy fuertes, y además yo tuve muy mala mar. Ningún canal es fácil pero este tiene detalles que le complican más".

Tiene claro que para afrontar los kilómetros es casi más importante la mente que el cuerpo, y lo explica de forma rotunda: "Entrenas mucho, pero aunque entrenes meses y meses y llegues bien físicamente, si la cabeza no te funciona, estás perdido". Crivillés en este sentido centró todos sus esfuerzos en el nado. "Desde que entré en el agua solo pensaba en tirar. El nado fue agónico, con muchos problemas, oleaje, y varios golpes", explica.

Estas pruebas se realizan con la supervisión de un barco que va controlando toda la travesía, y que a veces puede no ser el mejor aliado. "Tuve varios choques contra el barco mientras nadaba, pero el equipo que iba en él no me veía mal de fuerzas. Ten en cuenta que si ven que flojeas tienen la potestad de sacarte del agua", esgrime el alicantino.

Problemas antes de la prueba

Jorge Crivillés nada siempre por causas solidarias. "La aseguradora Asisa es mi único sponsor, están conmigo desde 2015", cuenta mientras valora el hecho de poder cumplir estos retos para ayudar a la gente. Eso sí, antes de lanzarse a las aguas de Tsugaru, tuvo que acometer cambios por las previsiones. "Llegaron a plantearme cancelar la prueba, pero era algo que no entraba en mis planes. Ya en Molokai nadé en muy malas condiciones, así que sabía a lo que me enfrentaba".

Adelantaron algunas horas la salida para curarse en salud, y el tiempo marcado fue lo que realmente sorprendió al español. "La idea era completar los treinta kilómetros en doce e incluso catorce horas. Hacerlo en ocho es una locura", dice. En la meta estaba esperando su hijo, una motivación que siempre suma.

A él precisamente es a quien le intenta inculcar los valores de constancia, perseverancia y esfuerzo. "Ese es el mensaje que hay que dejar claro con este tipo de cosas", aclara un Crivillés que ve que "el deporte es cada vez más solidario, y la natación en aguas abiertas sobre todo. Cada vez se suma más gente y eso es muy positivo". Lo que sí echa en falta es más apoyo de instituciones y empresas: "Deben implicarse, porque es una pena que esto se deje de hacer por falta de dinero".

Un dinero que hasta que encontró patrocinador, tenía que poner de su bolsillo. Recuerda que "en Manhattan solo la inscripción son 3.000, y hay que añadir a los acompañantes, el alojamiento, tener en cuenta que hay que viajar días antes. En el Canal de la Mancha, 4.000. Son cantidades elevadas para que corran a cargo del deportista".

Todo ese proceso no le frena. "Mi club, el RC7 de Alicante, me apoya, tengo a Asisa y seguimos preparando los siguientes retos". En 2018 espera cruzar el Canal del Norte. "Hay que tener en cuenta que los contactos se inician uno o dos años antes", desubre, pero Crivillés espera "poder cumplir el año que viene con el siguiente reto". Y si es por una buena causa y para dejar su firma en la historia, mejor.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento