El delantero del Real Madrid, Jesé Rodríguez (26/2/1993), sufre una de las lesiones más temidas en el fútbol: rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, de la que será operado en Alemania.

Un contratiempo duro para el joven canterano que le llega en su mejor momento como profesional: cuando es uno de los jugadores de moda en el Madrid, estaba realizando la temporada de su consolidación en el equipo merengue (31 partidos oficiales, con cinco goles en Liga y tres en Copa) y apuntaba al Mundial de Brasil de este verano con la selección española.

Todo eso queda relegado a un segundo plano y las fuerzas se centran ahora en recuperarse y que no queden secuelas. "El ligamento anterior cruzado es uno de los estabilizadores más importantes que tiene la rodilla. Por eso, todo deportista con una rotura de más del cincuenta por ciento tiene que pasar sí o sí por el quirófano. En su caso no hay duda, porque es rotura completa", indica  a 20minutos el médico deportivo Gilberto Díaz. Es importante pasar por el quirófano, como hará Jesé, porque, de lo contrario, "el deportista podría sufrir artrosis precoz, algo que le podría causar estragos en su vida normal".

Una grave lesión, pues, que tiene unos plazos de recuperación "más o menos establecidos. 6 o 7 meses. Es lo que tarda en quedar totalmente restablecido el injerto de tendón que sustituye al ligamento roto (ligamentación, en términos médicos)", indica el doctor. "Antes de la operación, es habitual, aunque no siempre se hace, lo que los médicos llamamos dejar enfría la rodilla. Eso conlleva una o dos semanas. Tras la operación, hay un periodo obligado de reposo, que son unas dos o tres semanas, para después, siempre sin forzar, empezar ya con el periodo de trabajo y recuperación propiamente dicho".

Son plazos genéricos. En cuanto a deportista de élite, "estos tiempos pueden ser más cortos, por diversos factores, como el propio físico del deportista o la presión que tienen por reaparecer cuanto antes". Algo que, esto último, según el doctor Díaz, puede ser perjudicial. "El jugador puede recaer, algo que pasa últimamente, con lo que habría que pasar de nuevo por el quirófano o, incluso, podrían quedarle secuelas". Sin embargo, según indica el médico, no tendría por qué quedarle rastro de la lesión de cara al futuro como futbolista.

Con este tiempo estimado, Jesé "dice adiós seguro" a su posible participación, como dejó entrever Del Bosque hace unas semanas, en el Mundial de Brasil. "No llegará", sentencia el médico. Algo que podría dejar tocado psicológicamente al futbolista merengue o a cualquiera que se encuentre ante el reto de superar una grave lesión. "Estos deportistas tienen un grado de tolerancia bastante bajo debido a la presión con la que compiten. Y una lesión inesperada puede llevar a un grado de frustración moderado. Jesé debe ser fuerte. Yo recomendaría al Real Madrid que ponga a disposición del jugador un psicólogo, nunca está de más", cree Gilberto Díaz.

Entre los deportistas de alto nivel que más sufren este tipo de lesión se encuentran los futbolistas. El porqué lo encontramos por el tipo de deporte en sí. "El ligamento cruzado se rompe muy comúnmente en el fútbol. Por los gestos técnicos de anglaje y torsión brusca, que tiende a romper la estructura más débil o compleja de la rodilla, el ligamento", ilustra el doctor.

Por ello, a lo largo de la historia, una gran cantidad de profesionales del balón han conformado la 'lista maldita'.

Otros jugadores que han sufrido la lesión son Ibrahim Afellay, Michael Owen, Carlos Gurpegi, Giuseppe Rossi, Cuartero y el propio Ancelotti en su época como jugador.

Pero, fuera del balompié, también ha sido una lesión que ha traído de cabeza a más de uno. Es el caso del jugador de los Wolves, Ricky Rubio (el catalán dio el salto a la NBA, donde se lesionó de gravedad. Sin embargo, esto no le ha hecho perder un ápice de su juego y ha vuelto a ser el jugador decisivo que era); José Javier Hombrados, portero del Atlético de Madrid de balonmano (el portero y capitán del club rojiblanco se lesionó a finales de 2012, lo que le hizo perderse el Mundial de España. Volvió tras la lesión, pero poco después se retiró); o María José Rienda, esquiadora (se rompió el ligamento cruzado en 2008, dos años después de haber sufrido la temida triada. La esquiadora volvió pero ya sin grandes títulos y completando su gran carrera con su quinta participación en unos Juegos, los de Vancouver 2010).

Rienda cuenta su experiencia señalando que "se rompió el cruzado anterior de ambas rodillas". "La primera vez no escuché un 'crack', pero la segunda sí. Lo primero que sientes es que la pierna está floja porque el ligamento no sujeta la rodilla. Es como cuando vas a bajar un escalón y te falla la rodilla y parece que te vas a caer", recuerda la granadina.

La Directora del programa y promoción deportiva de Sierra Nevada señala que, "si el deportista está fuerte antes de la lesión, y lo suele estar, es mejor porque el músculo lo recuerda y puede volver a su anterior estado".

"Lo más importante es rodearse de buenos profesionales. Es fundamental la labor de los fisios. El proceso general, después de operado, es esperar a que baje la inflamación, luego recuperar movilidad y coger sensibilidad en el músculo y, por último, recuperar la fuerza", comenta María José Rienda.

La única esquiadora española que ha ganado una prueba en la Copa del Mundo no duda que Jesé volverá y con todas la garantías: "El deportista de élite, si ha llegado una vez, lo puede volver a hacer porque sabe el camino".

Por último, recalca que "en la recuperación, a veces, te sientes solo. Por eso es necesario el apoyo de la gente que, realmente, cree en ti, que serán los que estén ahí a tu lado".