
El triatleta Javier Gómez Noya ha anunciado su gran reto para esta temporada: lograr la clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio2020. De esta manera, dejará de lado las competiciones de larga distancia en las que se había centrado las últimas temporadas y se marca el reto de conquistar el oro olímpico, el único que falta en su brillante palmarés.
“Voy a aparcar el Ironman de momento. Fue una experiencia muy buena y un aprendizaje excelente, pero ahora el cuerpo me pide Tokio”, reveló el único pentacampeón mundial de triatlón en un desayuno celebrado con los medios de comunicación en la sede de Banco Santander en Madrid.
Las pruebas de Bermudas, Yokohama y Leeds ya están marcadas en el calendario del gallego en su regreso al Mundial. En junio evaluará su sensaciones y decida hacia dónde da el siguiente paso: “En primer lugar para ver cómo estoy, porque tras un año en la larga distancia no se sabe, y después con el objetivo de clasificarme para los Juegos Olímpicos”.
Quitarse el mal sabor de boca por la inoportuna lesión que sufrió a un mes de los Juegos de Río 2016 -y que le impidió luchar por ese oro cuando atravesaba uno de sus mejores momentos de forma- es uno de los motivos por los que Gómez Noya regresa a la distancia olímpica, tras proclamarse campeón del mundo de medio ironman y probarse en el pasado Mundial Ironman en Kona, donde fue undécimo.
Dos paréntesis
No obstante, el también subcampeón olímpico (Londres 2012) hará dos excepciones: luchará por la clasificación para el Campeonato del Mundo de Ironman 70.3 que se disputará en septiembre en Niza y confirmó que estará el Mundial de Larga Distancia, que este año se celebra en su ‘casa’, Pontevedra: “Es una carrera muy distinta a un Ironman, y me hace especial ilusión competir en casa“.
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