Real Madrid (19+18+21+22): López (–), Tomas (12), Mumbrú (13), Reyes (14), Hamilton (11) –cinco inicial–, Smith (15), Varda (2), Hervelle (4), Tunceri (2), Bullock (7) y Sinanovic (–).

Polaris World (7+19+21+23): Gavel (9), Robles (7), Risacher (8), Triguero (11), Thompson (4) –cinco inicial–, Dragic (-), Myers (13), Fernández (–), Brown (11) y Fizer (7).

Árbitros García Ortiz, Llamazares y Munar.

Era un día extraño para el Real Madrid. Después de la derrota de la pasada semana frente al Eiffel Towers holandés, la primera de la temporada, el equipo de Joan Plaza debía enmendar la plana. Y así lo hizo. Eso sí, frente a un gran Polaris World.

El partido comenzó igualado, y apuntalado en el trabajo dentro de la pintura de los pívots blancos. A medida que se acercaba el descanso, el estadounidense Terrell Mayers comenzaba a  firmar lo que sería una gran actuación personal, pero, a pesar de todo, el marcador al descanso apuntaba a la resolución final, y los murcianos se iban al vestuario 13 puntos abajo (37-24). El tercer cuarto fue el ejemplo perfecto de la esencia solidaria, donde todos ayudan, del juego del Real Madrid esta temporada: las rotaciones. Así, el equipo blanco puso tierra de por medio y la ventaja en el marcador se estabilizó en torno a los 10 puntos  y, sin grandes tensiones ni grandes cambios, el partido transcurrido tranquilo hasta el tramo final, en el que Venson Hamilton y Charles Smith administraron, uno en defensa y otro en ataque, la séptima victoria consecutiva de los blancos. Un inicio imparable.

Real Madrid y Tau, imparables

Las piezas encajan y los equipos van apuntando las maneras que les acompañarán a lo largo de la temporada. Por su parte, el Real Madrid asusta, literalmente. Y, apoyado en una eficaz política de rotaciones, ve cómo sólo el Tau, que este fin de semana vencía al FC Barcelona, es capaz de seguir su ritmo y continuar invicto. Por detrás, sólo Akasvayu, Estudiantes y DKV Joventut parecen capaces de dar guerra, con permiso del Barça.