El hincha danés de 29 años que el pasado sábado agredió al colegiado alemán Herbert Fandel durante el partido entre Dinamarca y Suecia, ha confesado en el tabloide Ekstra Bladet que había perdido la razón y pidió perdón a toda Dinamarca por su acción.

"Todavía me cuesta creer que esto realmente ha ocurrido, que soy el culpable. Quiero pedir perdón a toda Dinamarca: les estropeé una noche fantástica a muchos y las opciones de clasificación de la selección", declaró el individuo, cuya identidad permanece protegida, ya que la policía teme por su seguridad.

El aficionado, que reside desde hace tres años en la cercana localidad sueca de Gotemburgo, fue puesto ayer en libertad por el juez tras ser detenido y acusado de agresión.

En la foto que aparece en el diario luce una escayola en su mano derecha, por una fractura en un dedo que se produjo después de su arresto en el estadio Parken, al golpear en un acto de frustración con el puño una pared del baño.

Según su relato, se enfadó cuando Fandel expulsó al danés Christian Poulsen, forzó la valla de seguridad y saltó al campo, pero dice no recordar si atacó al árbitro, lo que atribuye a haber bebido entre 15 y 20 cervezas antes del partido.

"Cuando Michael Gravgaard (defensa danés) me grita, me doy cuenta de dónde estoy y de la situación. Honestamente, no pensé lo que hice", señala el hincha, que no tiene antecedente penales y asegura odiar la violencia.

El hombre, al que prensa y jugadores han calificado unánimemente de "idiota", confiesa que nunca se ha arrepentido tanto de algo y espera poder disculparse algún día personalmente ante el colegiado alemán.

Pero el hincha no es el único al que la prensa danesa, que vuelve a dedicar hoy sus portadas al tema, ataca desde lo que pasó el sábado: el "sevillista" Christian Poulsen se lleva también muchos palos.

Así, Ekstra Bladet se refiere a él como "el segundo danés más insultado" y critica por blanda la actitud del seleccionador, Morten Olsen, quien dijo que a partir de ahora, no consentirá más "irresponsabilidades" como la de Poulsen, pero que no piensa castigarlo por su agresión al sueco Rosenberg.

El tabloide BT habla de "la caída del rey Christian", mejor jugador danés en 2006, de su doble personalidad y de los episodios polémicos en los que se ha visto envuelto en su carrera, como el escupitajo de Totti en la Eurocopa 2004 y los enfrentamientos con Gattusso y Ancelotti cuando jugaba en el Schalke 04 contra el Milan.

También la seguridad del estadio se lleva parte de las críticas, por dedicarse a ver el partido en vez de atender a lo que ocurría en las gradas del estadio, aunque nadie alude a la prohibición de consumir cerveza en los estadios, que en Dinamarca es casi una cultura.