La nadadora húngara Katinka Hosszu confirmó su condición de reina indiscutible hasta el momento de la natación en los Juegos Olímpicos de Río, al sumar este lunes a la medalla de oro en los 100 espalda que ya logró en los 400 estilos, con nuevo récord del Mundo incluido, el triunfo en la final de los 100 espalda.

Es la reina de la piscina en Río. De los Juegos. Hasta el momento, con dos medallas pero muchas más en el horizonte.

Fue durante la prueba en la que Mireia Belmonte logró el bronce donde erigió un auténtico monumento. La húngara, de 27 años, protagonizó uno de los momentos más brillantes de Río pulverizando el récord del mundo, con una marca de 4.26.36 minutos.

Su historia deportiva es relativamente corta. Llegó a Río como la nadadora con mejor palmarés sin título olímpico. Y es que, en los anteriores de Londres, su participación fue una pesadilla para ella, cayendo a un vació del que fue 'rescatada' por su entrenador, que hoy es también su marido. Un antes y un después en su carrera y en su vida.

Sus declaraciones dan buena cuenta de lo importante que son estos Juegos para ella. "He estado entrenando estos cuatro años sin descanso, con apenas algún día libre de vez en cuando, y ha funcionado", ha manifestado. Vivir por y para reinar en la piscina.

Bautizada ya como 'Iron Lady' (La Dama de Hierro), y elegida mejor nadadora de los 2014 y 2015 por la FINA, triunfa dentro y fuera de la piscina. Para muestra, un botón: fue en la primera nadadora que superó el millón de dólares en premios.

En Río ha logrado dos medallas pero va a por más, porque es capaz de nadar, y muy bien, en varias disciplinas. Su programa incluirá además el 200 mariposa y estilos, donde coincide con Mireia Belmonte, y el 200 espalda.