El cuadro de Vanderlei Luxemburgo demostró el hambre de victoria que no se le había presumido en otras ocasiones clave de la temporada y remontó un partido que comenzó perdiendo muy pronto.
Un disparo envenenado de Redondo batió a Íker cuando aún no había estrenado los guantes, pero el equipo no se hundió y, capitaneado por un inconmensurable Guti, logró el empate apenas diez minutos después con un cabezazo de Helguera.
Ronaldo y Owen volvieron locos a la zaga manchega y el jugador inglés aprovechó una magnífica asistencia de Guti para rubricar la remontada en el partido al filo del descanso. La segunda parte fue una avalancha madridista en la que Valbuena evitó un resultado de escándalo y Casillas el empate de los locales.
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