Un tuit de Gustavo López, exfutbolista internacional argentino, ha abierto un debate este martes. “Creo que se está perdiendo la pasión por el fútbol, por ser futbolista en las canteras”, lamenta el antiguo jugador de Real Zaragoza y Celta de Vigo. “La aspiración que se ve en los niños es la de ser famoso. Antes jugabas y entrenabas para ser futbolista; hoy, para ser famoso. Es mi humilde opinión”, ha escrito.

El ‘Cuervo’ López se refiere a un pasaje del programa ‘El larguero’ de la Cadena Ser de la noche anterior, en el que debatió sobre este asunto con otros conocidos exfutbolistas que también colaboran con el programa. La conversación deparó algunas conclusiones unánimes.

“Ha cambiado demasiado, es como el día y la noche”, opina Álvaro Benito, actual entrenador del Juvenil B del Real Madrid. “Nosotros sólo teníamos la distracción de jugar al balón, y hoy hay muchas más. Yo cuento a mis chicos que hasta llegar al primer equipo [con 19 años, en 1994] no tuve representante y me tenía que comprar yo mismo las botas. Ahora un alevín tiene representante”.

“Hay mucha distracción”, coincidía en la tertulia otro antiguo canterano del Real Madrid, Santi Cañizares. “Cuando yo entrenaba en la Ciudad Deportiva, no había más distracción que los ojos de Luis Molowny o Vicente del Bosque. Ahora en un entrenamiento con la selección española aparecen representantes, scouters, las marcas… Hay mucha posibilidad de distraerse y a esas edades uno no diferencia qué le conduce al éxito y qué no”.

Según Benito, la mentalidad del joven jugador ha cambiado por influencia de lo que ahora rodea al deporte: “Supongo que su pasión por el fútbol es la misma, pero lo de alrededor les hace perder la esencia, perder que lo que importa es el proceso: mejorar, querer ser cada día mejor futbolista y mejor persona, superar las adversidades. Eso no lo ven tan claro, porque con 14 o 15 años ya son estrellas”.

“Creo que no hay hambre”, comentaba en la tertulia el propio Gustavo López, a quien sus padres no dejaban jugar si no estudiaba. Ahora sin embargo cree que abunda la figura del padre que “se quiere salvar” a costa de su hijo.

Al suyo, de ocho años, López le cuenta lo que vivió de pequeño en Argentina, cuando se acercaba a ver de cerca a sus ídolos del primer equipo. El entrenador se les acercaba y les preguntaba “¿Les gustaría estar acá? Pues corran como cabrones”.

Lucas Cañizares, hijo de Santiago, también es portero. Juega en el Cadete A del Real Madrid y, cuando comenta con su padre cómo le ha ido el día, éste centra la conversación: “Le digo que me cuente qué ha pasado con el campo y el balón, nada más. Cuando ames y respetes el campo y el balón, aparecerán otras cosas”.