Gómez Noya y Cal, dos gallegos y varias opciones de medalla

  • El triatleta y el piragüista son claros aspirantes a medalla en Londres.
  • Para Cal sería su quinta medalla olímpica, y un récord español; para Cal, su desquite tras el 4º de Pekín.
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Noya y Cal, a punto para los Juegos
Noya y Cal, a punto para los Juegos
JORGE PARIS / EFE
Noya y Cal, a punto para los Juegos

David Cal (Pontevedra, 1982) y Javier Gómez Noya (Basilea 1983, pero en Pontevedra desde sus tres meses de vida)s tienen algo en mente, una idea: "Para la próxima vez, grabaremos las respuestas en una grabadora y cuando llegue una entrevista, le daremos al play". Han pasado ya por unas 20 charlas con periodista y la palabra que más han repetido ambos es medalla.

Es lo que tiene: el piragüista Cal ya suma cuatro en Juegos Olímpicos y viaja a Londres con apetito voraz. "Siempre voy a por el oro, pero vamos a ver como sale, porque aún no estoy en forma".

Al triatleta Gómez Noya, bicampeón mundial, también le suben al podio una y otra vez. Fue cuarto en Pekín, qué horrible, pero asegura haberlo superado. "Allí era favorito claro, en Londres no tanto". Un escalón por encima de él, y él mismo lo reconoce, están los Brownlee, hermanos británicos acaparadores de victorias y superfavoritos para el oro y la plata londinense.

Uno y otro ya se conocen de memoria sus recorridos en Londres. Cal conoce cómo sopla el viento en sus aguas (ha estudiado el de los últimos cuatro años) y Gómez Noya tiene claro cómo nadará, cuán rápido debe pedalear y el ritmo por minuto al que deberá correr para estar delante. "He soñado muchas veces con la carrera perfecta, pero en una prueba de un día todo puede pasar", explica Noya. De parecida opinión es Cal: "Hay un montón de condicionantes, tanto meteorológicos como físicos de uno mismo".

Tanto uno como otro, gallegos de pura cepa, recortan en discurso pero les sobra contundencia. Por ejemplo, al hablar de la crisis: "Los políticos lo han hecho muy muy mal, y a nosotros nos toca pagar las consecuencias", protesta Cal. Noya, mientras, reconoce que "cada vez que enciendo la televisión, me indigno bastante".

David y Javier abandonan la exposición mediática y ponen rumbo mental a Londres. La celebración de la medalla –si la hubiese- tampoco será una cosa del otro mundo, coinciden. Son gente calmada. No les pasará como al mayor de los Brownlee, Alistair: hallado inconsciente y borracho perdido una mañana junto a la boca de metro de Ópera, horas después de ganar una prueba de la Copa del Mundo de Triatlón en Madrid. Noya sonríe y mide palabras al escuchar la anécdota: "Algo me contaron de eso...es que este Alistair es tela marinera".

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