Leo Messi fue un día más la estrella indiscutible del FC Barcelona en la ida de semifinales ante el Liverpool. El argentino, con dos goles, pone a los azulgranas a las puertas de la final de la Champions League, el próximo 1 de junio en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

El 3-0 fue especialmente memorable, incluso para un jugador que acostumbra a regalar a los aficionados al fútbol varias obras maestras por temporada. Desde muy lejos, ejecutó una falta de manera magistral, salvando la barrera y colocándola en la mismísima escuadra.

El portero del Liverpool, Alisson Becker, no pudo hacer nada por sacar el lanzamiento, sencillamente perfecto. El público del Camp Nou enloqueció con el tanto de su ídolo, cuyo nombre coreó incluso con más fuerza que en el 2-0, marcado sólo unos minutos antes.