Ausentes los grandes puertos alpinos y dolomíticos (piensen en el Gavia, el Stelvio, el Mortirolo, el Agnello y compañía), la montaña del Giro de Italia 2009 sigue causando impresión por sus siempre empinados porcentajes. Aunque menos que en el pasado mes de diciembre, cuando se presentó esta edición.

Hipotecado por el carácter festivo que este año tendrá la carrera, al cumplirse el centenario de su creación (que tendrá lugar el día 13), el diseño del Giro ha tenido que obviar algunas de sus cumbres más famosas, como también su tradicional final en Milán (fijo desde 1990). Pero a diferencia de lo que ocurría en los ochenta, cuando dos “anti-escaladores” coo Saronni y Moser eran las grandes estrellas transalpinas, la organización no ha obviado la montaña. La de 2009 es, sencillamente, distinta. La alta montaña cede sus galones a la media y las trampas que salpican muchas etapas (los finales en Bolonia o Faenza, por ejemplo).

Y eso que Ángelo Zomegnan, el director de la prueba y hombre muy imaginativo, ha sufrido dos duros varapalos con dos apuestas personales. La décima etapa, los 250 km entre Cuneo y Pinerolo que debían homenajear la épica jornada protagonizada por Fausto Coppi en 1949, fue mutilada por problemas de carreteras y han tenido que quitarse del recorrido los pasos previstos por los puertos de Larche, Vars e Izoard. La decimoséptima, una corta jornada de 83 que debía de ascender hasta la cima del Blockhaus, también ha tenido que ser recortada sustancialmente ante las dificultades de poner en marcha todo el operativo técnico de la RAI.

Dos sensibles pérdidas orográficas que refuerzan a los menos escaladores. Es cierto que los primeros obstáculos llegan pronto, con los finales en alto de San Martino di Castrozza (en la cuarta etapa) y Alpe di Siusi (en la quinta), e incluso la décima etapa mantiene el tendido Sestriere para pasar al ataque, pero la crono individual de 61,7 km de la duodécima etapa, entre Sestri Levante y Riomaggiore, condicionará esta primera semana de carrera. Avisan que esta crono es muy técnica, con muchos descensos llenos de curvas.

Habrá que esperar hasta la decimosexta etapa, nada menos que 237 kilómetros entre Pergola y el Monte Petrano, para disfrutar de una jornada de montaña al uso, esto es, varios puertos encadenados antes de la ascensión final. Capado el experimiento del Blockhaus al día siguiente, será necesario esperar a la decimonovena jornada, con final en el Volcán Vesubio, para volver a vibrar con un final en alto. La última oportunidad para pasar al ataque antes de los 15,3 km de crono por las calles de Roma.

Ahora bien, una máxima ciclista dice que son los corredores los que acaban haciendo los recorridos duros. La solución, desde este sábado, cuando a las 15.35 el equipo Columbia inicie la crono por equipos de 20,5 km que abre el Giro del centenario. El Astaná de Armstrong, sobre las 17.20, será el único en partir.

RECORRIDO:

sábado 9: Lido di Venezia, 20,5 km contrarreloj por equipos.

domingo 10: Jesolo-Trieste, 156 km

lunes 11: Grado-Valdobbiadene, 200 km

martes 12: Padova-San Martino di Castrozza, 165 km

miércoles 13: San Martino di Castrozza-Alpe di Siusi,125 km

jueves 14: Bressanone-Mayrhofen (Austria), 242 km

viernes 15: Innsbruck-Chiavenna, 244 km

sábado 16: Morbegno-Bérgamo, 208 km

domingo 17: Milán-Milán, 155 km

lunes 18: DESCANSO.

martes 19: Cuneo-Pinerolo, 250 km

miércoles 20: Turín-Arenzano, 206 km

jueves 21: Sestri Levante-Riomaggiore, 61 km contrarreloj individual.

viernes 22: Lido di Camaiore-Florencia, 150 km

sábado 23: Campi Bisenzio-Bologna San Luca, 174 km

domingo 24: Forlì-Faenza, 159 km

lunes 25: Pergola-Monte Petrano, 237 km

martes 26: DESCANSO

miércoles 27: Chieti-BlockHaus (kilometraje definitivo por concretar)

jueves 28: Sulmona-Benevento, 181 km

viernes 29: Avellino- Monte Vesubio, 164 km

sábado 30: Napoli-Anagni, 203 km

domingo 31: Roma –Roma, 15,3 km contrarreloj individual