Bradley Wiggins: "Seamos honestos, bajé como una niña"

El británico Bradley Wiggins afronta un subida durante la novena etapa del Giro de Italia 2013.
El británico Bradley Wiggins afronta un subida durante la novena etapa del Giro de Italia 2013.
DANIELE DAL ZENNARO / EFE
El británico Bradley Wiggins afronta un subida durante la novena etapa del Giro de Italia 2013.

El Giro de Italia afrontó este lunes la primera de sus dos jornadas de descanso, un parón previo a la montaña, y en el ambiente seguía revoloteando, como un inofensivo insecto incómodo, el talante de Bradley Wiggins cuesta abajo. Y todo porque el ganador del pasado Tour, cuarto en una general provisional que encabeza Vincenzo Nibali, reincidió camino de Florencia en los miedos mostrados el viernes rumbo a Pescara, perdiendo contacto con el resto de favoritos y siendo salvado por sus compañeros en el Sky de un descalabro.

"Es incomprensible cómo desciende Wiggins", reflexionaba este lunes el belga Eddy Merckx. "No había visto nunca una cosa así. A mí nunca me pasó. No entiendo por qué desciende tan mal. Ha corrido los últimos días como un novato en los descensos. Pienso que  puede ser un problema del material, que no tiene confianza". La confianza que, cuesta abajo, le costaba tener a Gianni Bugno, todo un bicampeón mundial que ganó un Giro en 1990 siendo líder de principio a fin pero mostró muchas debilidades en los descensos. Tantas que acabó recibiendo tratamiento, disipando sus miedos con música clásica. Hoy Bugno, entre otras cosas, es piloto de helicópteros.

"Seamos honestos, después de la caída bajé un poco como una niña", admite Wiggins en Cycling Weekly recordando esa séptima etapa con final en Pescara en la que cedió casi un minuto y medio. "No es una falta de respeto hacia las niñas, yo tengo una en casa. Pero la vida es así y tenemos que seguir adelante y hacer frente a las decepciones". Eso sí, el británico relativiza la novena etapa: "No ha habido grandes problemas.. Yo fui cauto en el descenso, pero nunca perdí la fe en el hecho de que con el equipo volveríamos al pelotón".

Llega la alta montaña

Con más o menos miedo, con toda la alta montaña de esta edición aún por delante, el líder Nibali renunciaba también este lunes a descartar a Wiggo de la pelea por el rosa. Y también al canadiense Ryder Hesjedal, actual ganador de la corsa rosa y el gran derrotado de la etapa de Florencia: "Wiggins y Hesjedal son todavía los principales adversarios junto a (Cadel) Evans y (Michele) Scarponi. El Giro es largo y cualquiera puede tener un mal día", recalca.

La alta montaña llega este martes con el final en Altopiano del Montasio, una llegada inédita a más de 1.500 metros de altitud, tendida en su inicio y con rampas del 20% en su parte final. "La carrera puede volverse a poner patas arriba en cualquier momento", avisa Wiggins. Antes del último puerto, la carrera afronta el Passo Cason di Lanza (1.555 m) de subida exigente y descenso técnico. Un examen para Wiggins.

En un segundo plano esperan sus opciones el asturiano Samuel Sánchez (Euskaltel), decimocuarto en la general, y el vizcaíno Beñat Intxausti (Movistar), 13.º. El vasco, líder del Giro durante un día, perdió la maglia en la contrarreloj del sábado. "No tuvo su mejor día", dice su director José Luis Arrieta; "ha estado ahí en todos los momentos difíciles, en cada corte, en cada momento difícil... En la crono se le juntó un poco todo: las ganas de hacerlo bien, un cambio de aire en la parte final... nos dejamos más tiempo de lo esperado, pero el objetivo de los diez primeros está tan sólo a unos segundos y yo soy optimista. Queda casi todo el Giro. Habrá muchos desfallecimientos entre los favoritos de aquí al final".

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