Era un partido clave pero no salió nada. Quizá en los últimos minutos en el intento de una remontada heróica que llegó demasiado tarde. El caso es que los Lakers sucumbieron esta noche en el segundo partido de la final de la NBA, disputado de nuevo en Boston, ante unos Celtics arrolladores que han dado un paso de gigante hacia el anillo. 108-102 final. Los angelinos han elegido un mal día para jugar su peor partido de la temporada.

Los Lakers han sido este lunes una caricatura de sí mismos. Empezaron bien, sí, pero poco a poco los Celtics ladearon el electrónico a su favor engordando unos números que apabullaron a los visitantes. En el tercer cuarto se formulaba un concepto que definía a la perfección cómo estaba siendo la derrota de los angelinos: paliza, palabra que se borró del titular de este partido gracias a la dejadez en los minutos finales de los locales que casi favorecen una remontada épica de los Lakers.

Se echó de menos a Kobe Bryant. Cierto que anotó 30 puntos y sumó 8 asistencias, unos números que crecieron en el arreón final de los visitantes, pero su juego estuvo alejado del que necesita su equipo. Estuvo más pendiente de los árbitros que de otra cosa y esa desconcentración se notó demasiado. También le pesaron las faltas personales que acumuló desde el principio y Ray Allen (17 puntos) no tuvo muchas oposición en defensa.

Con la 'desaparición' del crack en el tramo en el que se decidió el partido, era Pau Gasol quien quería llevar la responsabilidad. El español creció en su juego respecto al primer partido e hizo que Garnett fuera menos Garnett que nunca. En total, 17 puntos (8/12) y 10 rebotes en un partido donde se encontró más cómodo elaborándose unas canastas que hicieron enmudecer a la estrella de los Celtics (17 tantos (7/19) y 14 rebotes). Aún así, al ala-pívot le falta más continuidad, sobre todo en las segundas partes en las que suele ser menos influyente que en los primeros minutos de los partidos.

Ventaja de más de 20 puntos

El choque iba bien encaminado para los Lakers desde el principio. Decididos a llevarse la victoria, los visitantes hicieron un primer cuarto muy correcto que terminaron con ventaja (20-22), pero a partir del segundo periodo cambio el encuentro. Los Celtics demostraron que tienen más banquillo que los angelinos (21 puntos de Leon Powe, hoy soberbio) y a base de trabajo se fueron al descanso con 12 puntos de ventaja (54-42). El partido pintaba ya mal para Gasol y compañía.

El tercer cuarto confirmó la pájara visitante. Los Celtics liderados por, de nuevo, el gran Paul Pierce (28 puntos y 8 asistencias) terminaron este asalto con un claro 83-61 en el marcador y habiéndose movido con diferencias superiores a los veinte puntos. La imagen del rival era lamentable. Y así llegó la relajación. Los Celtics no remataron el partido y dieron vida a los Lakers que contaban con el resucitado Bryant para dar un pequeño susto. La diferencia se llegó a reducir a dos puntos pero todo quedó en un espejismo. Hubiera sido injusto. 2-0 para la final que se traslada a Los Angeles. El próximo martes llega el momento de dar la vuelta a la serie. El Staples Center debe ser un fortín.

Ficha técnica:

108 - Boston Celtics (20+34+29+25): Rondo (4), Allen (17), Pierce (28), Perkins (7), Garnett (17), -cinco inicial-, Cassell (-), Posey (8), Brown (6) y Powe (21).

102 - Los Ángeles Lakers (22+20+19+41): Fisher (9), Bryant (30), Radmanovic (13), Odom (10), Gasol (17) -cinco inicial-, Ariza (-), Farmar (9), Walton (2), Vujacic (8) y Turiaf (4).

Árbitros: Crawford, Delaney y Mauer. Sin expulsados.

Incidencias: Final de la NBA. Segundo partido, disputado en el TD Banknorth Garden de Boston, ante 18.624 espectadores. Lleno.