Garbiñe Muguruza, una montaña rusa deportiva y emocional

La tenista española Garbiñe Muguruza reacciona con tristeza por su derrota ante la belga Alison Van Uytvanck.
La tenista española Garbiñe Muguruza reacciona con tristeza por su derrota ante la belga Alison Van Uytvanck.
Gerry Penny / EFE
La tenista española Garbiñe Muguruza reacciona con tristeza por su derrota ante la belga Alison Van Uytvanck.

Garbiñe Muguruza ha cerrado un año para olvidar. Un curso que comenzó repleto expectativas y ha quedado cubierto por nubarrones como los del Elite Trophy de Zhuhai. Una temporada en la que la hispanovenezolana ha pasado de ser noticia por sus triunfos a ocupar titulares por los encontronazos con su técnico, el francés Sam Sumyk, que se hartó de la actitud de su pupila en el partido de semifinales.

El tenis de la exnúmero 1 del mundo y las ‘broncas’ con su entrenador reflejan que Muguruza no atraviesa un buen momento y ponen un amargo punto y final a la temporada, en la que ha caído del segundo al decimoctavo puesto del ranking WTA.

No han sido los primeros encontronazos entre ambos. El comienzo del distanciamiento se comenzó a vislumbrar tras el Open de Australia. Después de caer en segunda ronda Garbiñe recurrió a Conchita Martínez, amiga personal, para ocupar su banquillo en los torneos de Doha (donde fue finalista), Dubai, Indian Wells y Miami.

Sumyk volvió y, a pesar de estirar la temporada lo máximo posible, no ha habido forma de remontar puestos en la clasificación. La jugadora está ahora de vacaciones y no se sabe si redigirirá su carrera en 2019.

La asignatura pendiente

La irregularidad, al igual que el carácter apasionado, es una constante en la trayectoria de Muguruza. Es indudable que 2018 era el año en el que más se esperaba de ella, pero nunca se le han dado bien los partidos largos y su media de triunfos es ligeramente inferior a la de temporadas anteriores. No obstante, le han faltado los picos que sí firmó en 2015 (finalista en Wimbledon), 2016 (campeona de Roland Garros) y 2017 (campeona de Wimbledon).

Las lesiones son otro de sus puntos débiles y también han lastrado sus registros, especialmente la que sufrió en el brazo derecho y truncó la última gira norteamericana, pero no justifican un curso con un único título (Monterrey) y solo dos triunfos ante ‘Top10’ (Caroline Garcia en Doha y Dubái, coincidiendo con la etapa de Conchita junto a Muguruza).

Venía de la mejor temporada de su carrera, algo que sí ha aprovechado a nivel comercial (ha sido portada de Women’s Health, protagoniza numerosas campañas de publicidad y ha sido calificada como una de las musas de la diseñadora Stella McCartney) pero ha estado muy lejos de su mejor nivel y ha cerrado la temporada de la peor forma: con polémica y sin tenis.

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