De Torrejón a Toronto: la eterna mudanza de Jorge Garbajosa

En diciembre de 1995 un joven, 17 años, barbilampiño, firmó su debut en ACB. Nadie podía imaginar que once años después Jorge Garbajosa Chaparro (19 de diciembre de 1977, Torrejón de Ardoz) triunfara en la mejor liga de balonceto del mundo. El madrileño, que este viernes estará en el All Star, está sorprendiendo a críticos y afines en la NBA.
Jorge Garbajosa, junto a Andrea Andrea Bargnani, ambos estarán en el All Star de Las Vegas. (Efe)
Jorge Garbajosa, junto a Andrea Andrea Bargnani, ambos estarán en el All Star de Las Vegas. (Efe)
Warren/EFE
Jorge Garbajosa, junto a Andrea Andrea Bargnani, ambos estarán en el All Star de Las Vegas. (Efe)

Fue en Huesca, el día de su debut, como se escribe la historia de Jorge Garbajosa.

Nadie esperaba que aquel madrileño de eterna mudanza jugaría en la mejor liga del mundo once años después. Este año Garbajosa cruzó el charco para "aprovechar el tren de la NBA, que sólo pasa una vez en la vida".

Jorge Garbajosa Chaparro (19 de diciembre de 1977, Torrejón de Ardoz) está sorprendiendo a críticos y afines en la NBA.

Tenía que aprovechar el tren de la NBA, que sólo pasa una vez en la vida

Tras tres meses de competición, el madrileño se mantiene como firme candidato al premio de mejor novato del año, trofeo que en rara ocasión la prensa deportiva norteamericana concede a un extranjero, a pesar de que su compatriota Pau Gasol lo lograra cinco años atrás.

Más de ocho puntos, cinco rebotes y dos asistencias avalan la rápida adaptación de Garbajosa en el joven plantel de los Raptors de Toronto.

Como dulce adelanto, el español ya consiguió el premio al mejor novato de diciembre en la conferencia este.

Sin embargo, los méritos individuales nunca fueron prioridad para Jorge: "El premio a mejor ‘rookie' no es algo sobre lo que piense ni me importa demasiado. Se lo dan a alguien, es bonito y está bien, pero no me quita el sueño", reconoce el ala-pívot.

Adaptación

De la mano de su amigo José Manuel Calderón, el de Torrejón está cuajando una gran temporada en los Raptors y acallando aquellas voces que le tachaban de inválido para la liga americana.

Sin embargo, Garbajosa reconoce que no puede "sacar pecho porque ahora las cosas salgan bien. Tengo mucho que mejorar y mucho más que agradecer".

No obstante, no es sencilla la adaptación, "principalmente porque en España son 34 partidos y aquí son 82. Es muy difícil mantener el nivel con los viajes, entrenamientos... He tenido un día libre en toda la temporada" reconoce el rebautizado como ‘Garbs'.

"Es la mejor liga del mundo, con los mejores jugadores, todos quieren estar aquí. Te encuentras grandes físicos y tremendos talentos. Hay muchos tiros, mucho contraataque, todo es diferente. No es nada sencillo mantenerse a buen nivel todos los días", admite el ala-pívot, cuya temporada está marcada precisamente por cierta irregularidad, como para la gran mayoría de novatos.

Es muy difícil mantener el nivel con los viajes, entrenamientos... He tenido un día libre en toda la temporada

"Puedes haber jugado en todas las ligas del mundo, que la NBA es diferente. A pesar de ser un jugador veterano, Garbajosa es un novato en esta liga y está adaptándose", aclaró su entrenador Sam Mitchell durante aquellas duras primeras semanas de competición, en las que Jorge sólo anotó 6 de sus primeros 27 lanzamientos.

"Estoy contento con que el entrenador vaya contando conmigo", asegura el español.

Para Jorge Garbajosa no es extraño tenerse que adaptar a otra ciudad, a otro estilo de vida y de juego.

Cuando dejó Torrejón de Ardoz para forjarse en la gran escuela del club madrileño Parque Cataluña, aún adolescente, Garbajosa empezó a vislumbrar el difícil camino que le esperaba.

El Juventud Alcalá fue su plataforma de lanzamiento para que, con apenas 16 años, en 1993, Jorge recalara en la cantera del Taugrés Vitoria.

Allí saboreó varios éxitos tutelado por Manel Comas y pronto voló hasta Italia, donde creció hasta ser una estrella del baloncesto europeo en la Benneton de Treviso, a las órdenes de Mike D'Antoni, actual entrenador de los Suns de Phoenix.

La ciudad y Calderón

Largo recorrido que, tras la de Málaga, tiene parada ahora en Toronto, "una ciudad muy abierta, multicultural, acostumbrada a que haya gente de todos lados, lo cual me está ayudando a mi rápida adaptación", afirma Garbajosa.

Aunque los jugadores NBA disfrutan de poco tiempo libre, Jorge aprovecha siempre que puede para "pasar tiempo con mi mujer, con Calderón también, e ir conociendo la ciudad poco a poco, y todos los rincones que tiene Toronto por descubrir", sentencia el madrileño.

Aunque no todo es material: "De España echo de menos a la gente", afirma melancólico.

El estilo rápido, de contraataque y posesiones cortas, de los Raptors no le es extraño a Garbajosa, que disfrutó de un baloncesto similar en Italia.

Mi tiempo libre lo paso con mi mujer, con Calderón e intento ir conociendo poco a poco la ciudad

Su tremendo conocimiento del juego y esa extraña habilidad para pensar y casi pasar a la vez le otorgan al de Torrejón un valor especial que su entrenador, Sam Mitchell, no tardó en percibir.

Que pregunten en Málaga si lo echan de menos. Sin embargo, Garbajosa añora ciertos aspectos de la liga española, pues la tremenda profesionalización de la NBA tiene también desventajas y "el ambiente en los vestuarios no es tan estrecho como en Unicaja, por ejemplo. Eso sí, no va cada uno a su ‘bola'. Hay bastante buena relación, aunque no sea estrechísima", afirma con resignación el español.

La presencia de Calderón en el equipo ha jugado un papel fundamental en el buen rendimiento de Garbajosa, como también ha ayudado su amigo y competencia en el puesto, el italiano Andrea Bargnani, con quien ya coincidió en Treviso.

Una nueva realidad

Paso a paso, Jorge va conociendo una liga y un país, integrándose con la ayuda de Calderón, Bargnani o Mauricio Gherardini, director de operaciones al que ya conoció en Italia.

"Me gustaría tener tiempo para hacer turismo en los viajes del equipo, con mis compañeros, pero la liga es muy intensa y no da tiempo a nada. Muchas veces solemos comer en el mismo pabellón de juego tras un partido y de ahí directos al aeropuerto.

Eso sí, el avión es muy cómodo, bastante más de lo que se usa en las ligas europeas, tiene todo tipo de servicios y comodidades", apostilla ‘Garbo', como le suelen llamar los compañeros de equipo.

No obstante, el madrileño mantiene buena relación con todos sus compañeros y no sólo con los europeos: Darrick Martín, Fred Jones.

El éxito de estos Raptors, que avanzan con paso firme tras la recuperación de su estrella Chris Bosh, se debe en gran parte al buen ambiente, de unión, entre los europeos y los estadounidenses.

Muchas veces solemos comer en el mismo pabellón de juego tras un partido y de ahí directos al aeropuerto

No duda Garbajosa en hablar bien de todos sus compañeros, incluso del aparentemente frío esloveno, Rasho Nesterovic, del que apunta que es "mejor jugador de lo que muestran las estadísticas e incluso mejor persona".

Jorge Garbajosa Chaparro continuará trabajando, independientemente de los méritos individuales que obtenga. Seguirá demostrando su conocimiento del juego, paso a paso: "No me he puesto metas en la NBA. Sólo intento trabajar y ganarme la confianza de los entrenadores para demostrar que tengo nivel para estar aquí", remarca el de Torrejón.

Mientras tanto, seguirá agradeciendo el apoyo desde España a un deporte que "siendo tan bonito, es una pena que no tenga la acogida que merece", sentencia el veterano novato de la NBA.

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