"Estoy un poco quemado de esta vida de viajes y tensiones. Quiero vivir un poco más relajado y tener más tiempo para estar con mi familia", se justificó Galo Blanco durante la rueda de prensa que dio hoy en el Real Club de Tenis Barcelona para anunciar su adiós.

Junto a él, su mujer y su hija de apenas unos meses, el motivo fundamental por el cual el jugador ovetense ha decidido dejarlo con tan sólo 29 años.

"Es verdad que soy joven, pero llevo mucho tiempo en esto. Me vine a Barcelona con 13 años. Mi mujer y yo tuvimos hace poco a nuestra primera hija y la verdad es que cada vez me cuesta más salir de casa y estar lejos de mi familia", señaló.

Blanco se retira del circuito con un título en su haber (San Marino, 1999) y otra final (Acapulco, 2001).

Un tenis más físico

"Aunque el mejor recuerdo de mi carrera", dijo, "fue cuando, con 18 años, llegué a los cuartos de final de Roland Garros". El tenista asturiano debutó en 1995, dos años antes de su gesta en el abierto parisino. Once años después deja un circuito que poco tiene que ver con el que él descubrió.

"El tenis ahora es más físico, cada vez hay más animales que sacan muy bien, no pequeñitos como yo. El nivel medio ha subido mucho y ahora hay muchos jugadores que, sin tener tanto nombre, pueden ganar a cualquiera de los que están arriba", destacó.

Galo jugó ayer su último partido como profesional ante Coria, e incluso le ganó el primer set en el 'tie-break', antes de desfondarse en los dos siguientes.

Ahora, Blanco se tomará unas semanas para reflexionar sobre su futuro, aunque adelantó su deseo de seguir vinculado al mundo del tenis. "Me gustaría entrenar a chavales jóvenes e intentar enseñarles todo lo que he vivido en este mundo y transmitirles mis experiencias", sentenció.

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