A medida que avanza el Mundial de Fútbol Sala de Tailandia, la selección española comienza a demostrar por qué es la gran candidata al título. Los jugadores de Venancio López, que habían derrotado en la víspera a Tailandia, se medían en cuartos de final a Rusia. "Una final anticipada", como aseguró el propio seleccionador español. Y como una final se jugó y, como si de una final se tratase, ganó España (3-2).

El partido, sin embargo, no comenzó bien para los intereses españoles. El quinteto inicial, formado por Juanjo, Aicardo, Fernandao, Kike y Alemao se encontró un gol en contra nada más empezar el duelo. Sirilo adelantaba a los rusos.

La reacción española fue progresiva. Le costó entrar en el partido pero una vez dentro, su juego de toque y velocidad fue imponiéndose poco a poco. El último cuarto de hora de la primera mitad fue una exhibición, gol a gol. Empató el partido Ortiz, Fernandao situó el 2-1 y Lozano cerró el primer capítulo con el tercero.

La segunda parte fue más calmada, al menos su inicio. España durmió la bola, agazapada y esperando la oportunidad de la sentencia. Táctica correcta hasta los últimos minutos, cuando Rusia quiso morir en el intento de remontar, con todos sus jugadores en campo español, que se quitó el agobio con un gol salvador, pero anulado. El 3-2 (Alemao, en propia meta) aumentó las revoluciones del partido y la adrenalina rusa, que convirtió la portería de Juanjo en un frontón. La muralla resistió y el premio fue mayúsculo: España ya está en semifinales del Mundial, donde el viernes espera Italia, otro hueso.