Un triunfo (2-0) sobre la Real Sociedad fue el último choque de esta defensa con el Levante Femenino. Una oferta laboral en un centro de educación especial de Málaga la obliga a dejar su ciudad y su deporte. "Alguna vez debía pensar en mi futuro; el trabajo no lo regalan precisamente", adelanta.

¿Cómo se juega un partido así?

Calentando pensaba que era un partido más. Pero cuando se acercaba el final y tienes dos goles a tu favor, es inevitable cierta relajación. Se te vienen cosas a la cabeza, cruzas miradas con algunas compañeras. Es difícil, pero está asumido.

¿Cuánto se gana de media?

En el fútbol femenino se dan grandes diferencias entre clubes y dentro de los propios clubes, como con los chicos. Ahora bien, aquí conviven jugadoras con 12.000 euros anuales de ficha y otras que no cobran. Hay equipos que dan una ayuda para afrontar los desplazamientos y otros que no pueden hacerlo... En ese sentido, este deporte se hace por amor al arte.

El Levante es de los pagadores...

Sí. Una suerte. Pero también hay compañeras que lo compaginan con un trabajo. Imagina jugar un domingo, un viaje largo y levantarse al día siguiente a las 6 para trabajar...

Pero dos años atrás se trató de potenciar el fútbol femenino...

Esa reforma no salió de los clubes y su motivación era la de modificar la competición. Se aumentó el número de clubes, algo bueno, pero algunos no tenían fortaleza en sus estructuras y mostraban una insuficiente seguridad económica.

¿Cómo ve el panorama actual del fútbol femenino de élite?

Mejorando, pero a pequeños pasos. No digo que estemos al nivel del fútbol masculino, pero tanta diferencia era injusta. No veo mal que se hable de Cristiano Ronaldo, pero sí que su novia o una chica sin ropa ocupe espacios cuando Vero Boquete es una de las mejores del mundo o hay otros deportes a un nivel altísimo.

Compaginó estudios y fútbol...

Llegué al Levante cuando tenía 13 años. Allí saqué el graduado, el Bachillerato, la diplomatura en Magisterio, la licenciatura en Psicopedagogía y la oposición. Allí siempre han defendido que los estudios ayudan al crecimiento personal.

¿Y qué le dicen en su destino?

Nadie, ni alumnos ni compañeros, saben de mi carrera ni tampoco se han enterado pese a una repercusión que, la verdad... ¡me ha sorprendido!