De entrada, el Athletic salió con el equipo anunciado ayer por Javier Clemente, un once más al uso que el revolucionario de la jornada anterior ante Valencia; el Betis, por su parte, se colocó en 4-4-2 con las bandas del medio campo reforzadas por jugadores de corte defensivo y Joaquín junto a Edú en punta.

A pesar de esa disposición visitante y del estado de necesidad de ambos equipos, el juego resultó fluido durante unos primeros minutos en el que hubo varias llegadas a cada área.

La más peligrosa del Athletic una en el minuto 5 en la que Yeste disparó al palo con Doblas ya batido; la mejor del Betis una acción en el minuto 8 en la que Joaquín disparó alto tras un error de Aranzubia ante Edú.

Se tranquilizó un poco el choque hasta que llegó el 1-0 de Urzaiz que escoró el partido del lado rojiblanco. El ariete navarro abrió el marcador con una jugada que domina como nadie, un remate de cabeza con su marcador encima. El centro lo recibió de Yeste.

Apenas había pasado el minuto 20 y ya para el 30 el Athletic puso el 2-0. Fue un auténtico golazo del joven de 19 años Mikel Dañobetia al que no le había salido nada de lo que había intentado hasta entonces.

El extremo del barrio bilbaíno de Basurto, en el que se encuentra San Mamés, encaró a su marcador, se fue de él, también al que acudió en ayuda de Melli y enganchó un fuerte disparo que sorprendió a Doblas y entró tras dar en el palo.

Con 2-0 y el mejor juego en casa de toda la temporada, al Athletic se le presentó la oportunidad de sentenciar antes del descanso en varias jugadas con las que parecía arrollar a un Betis muy tocado en esos momentos.

Especialmente buena fue la primera, un cabezazo que se le fue alto a Urzaiz cuando tenía toda la portería para él.

Lorenzo Serra Ferrer quemó casi todas sus naves tras el descanso poniendo a Xisco y Dani, por Rivas y Luis Fernández, y cambiando el sistema a un más ofensivo 4-2-3-1.

Con cuatro atacantes sobre el terreno de juego, el Betis se echó arriba todo lo que pudo, pero se encontró con un Athletic más sólido que en otros partido y en el que Prieto y Lacruz barrían todo lo que llegaba por su zona.

Tanto afán ofensivo visitante lo que provocó la mayoría de las veces fue buenas contras del Athletic, que no acabó de materializar en un, para él, tranquilizador 3-0.