Fisher, el héroe silencioso de los Lakers, vuelve a brillar con canastas imposibles

  • El veterano base firmó dos triples providenciales que acercan el anillo.
  • En 2004 salvó a su equipo con una canasta rozando la bocina.
  • Llegó al equipo de Los Angeles en 1996 junto a un joven Kobe Bryant.
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Sin los focos mediáticos que iluminan a Kobe Bryant o Pau Gasol, y deslucido por una temporada discreta, Derek Fisher ha vuelto a demostrar su innato sentido del oportunismo levantándose justo a tiempo para resucitar a los Lakers y firmar la canasta "de su vida", como confiesa.

El veterano base de los Lakers, de 34 años, redondeó una de las actuaciones más sobresalientes de su carrera el viernes ante Orlando, y que propició que el conjunto californiano roce el decimoquinto anillo de la NBA.

A Fisher, una vez más, le ha tocado caminar sobre el alambre y salir airoso. Es el jugador más veterano de la plantilla junto a Kobe Bryant, que aterrizó en la entidad angelina en 1996, y su protagonismo en estos trece años ha sido muy ocasional, pero absolutamente determinante.

En 2004, y tras contribuir a la conquista de tres títulos entre 2000 y 2002, Fisher vivió su gran momento de gloria. Su equipo disputaba con San Antonio un billete para las finales de conferencia, y el partido agonizaba con una previsible derrota.

A falta de cuatro décimas de segundo, Fisher atrapó el balón, voló y selló una de las canastas más bellas e inverosímiles que se recuerden, para dejar la eliminatoria en ventaja y, posteriormente, acceder a la ronda definitiva ante los Pistons, donde cayeron.

El reinado angelino en la NBA puso punto y final ese año, y varios iconos de la plantilla hicieron las maletas, como Karl Malone o Shaquille O'Neal. Fisher probó fortuna durante un trienio fuera del Staples Center, en Golden State Warrios y Utah Jazz. No deslumbró, pero volvió a exhibir su talento para vivir al filo.

Cuando abandonó los Warriors para recalar en Utah, en 2006, la casualidad hizo que ambos conjuntos se midieran en las semifinales de conferencia. En el segundo enfrentamiento, y a falta de pocos segundos, anotó un triple y dos tiros libres que dieron el triunfo a los Jazz.

En 2007 volvió a Los Angeles, y dos años después, y a dos meses de cumplir 35 años, ha sido nuevamente providencial. Un par de triples desequilibrantes de este héroe silencioso, uno de ellos crucial para forzar la prórroga y el otro para deshacerla, puso a Gasol, Bryant y compañía con un 3-1, a sólo una victoria del triunfo final.

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