El tenis español se ha garantizado ya un jugador en los cuartos de final del Abierto de Australia y en la segunda semana del torneo, con las

victorias de Juan Carlos Ferrero y David Ferrer sobre el argentino

David Nalbandian y el estadounidense

Vince Spadea, respectivamente.

Los dos

se enfrentarán ahora

en octavos de final por la parte baja del cuadro. Ferrero, 22 favorito, venció a Nalbandian, décimo, por 6-1, 6-2 y 6-3 en una hora y 44 minutos, mientras que Ferrer, quinto, hizo lo propio con Spadea, por 6-3, 6-3 y 6-2 en dos minutos más. Rafael Nadal debe ser el tercero, de ganar su partido, último de la sesión de hoy contra el francés Paul Henrie Mathieu.

Por contra,

el tenis latinoamericano perdió al último de sus 21 representantes, y en su caso, el único superviviente argentino de los 12 hombres que entraron en el cuadro que había logrado llegar hasta este domingo.

Los dos partidos de los españoles se disputaron a cubierto ante el riesgo de posibles lluvias, causa que obligó a cancelarlos en la jornada del sábado, aunque hoy no hubiera hecho falta tapar ambos techos en la Rod Laver Arena y en la Vodafone.

Ferrero jugó un partido completísimo, al igual que Ferrer, y

ambos están en octavos de final sin ceder un solo set después de tres encuentros disputados, y listos para acometer lo que Juan Carlos denominó un derby, "como un Madrid-Barcelona", un partido a muerte porque se conocen a la perfección, son amigos, de la misma ciudad y se entrenan mucho juntos.

Para Ferrero ganar a Nalbandian de esta forma ha sido una

gran inyección de moral. Ambos han sido semifinalistas en este abierto, Juan Carlos en el 2004 y David dos años después, pero el español se mostró mucho más en forma que el de Unquillo, y con

más ambición reflejada no solo en sus palabras. "Juego sin miedo, muy agresivo como lo hacía cuando era número uno del mundo, cuando me entraba todo. Hoy he estado al nivel de antes", dijo.

El hecho de que Ferrero hubiera calentado motores para este abierto llegando a la final de Auckland la semana pasada y que David se diera de baja en la exhibición de Kooyong debido a sus problemas de espalda, y por tanto llegara con déficit de partidos, se notó en exceso.

Ferrero se movió mucho más rápido, con mayor agilidad y con más visión del punto y eso se tradujo en mejor posición para lograr 32 golpes ganadores. David notó los 12 saques directos que le endosó el español y también su falta de eficacia para provocar puntos de ruptura, solo uno, y lo desperdició. Por contra

Juan Carlos fue una pesadilla al resto, con 10 oportunidades y seis convertidas.

Para

Ferrer, su trabajo ante el veterano Spadea fue muy similar que el de Ferrero con Nalbandian. Muy

seguro en el fondo, sin ceder su saque una sola vez, y robándolo en cinco ocasiones, David

fue una máquina de eficacia, con solo 14 errores no forzados en el partido.

Ya en su tercer año consecutivo alcanzando los octavos de final,

Ferrer quiere quitarse presión de momento, caminar sin levantar ruido como en la Copa Masters de Shanghai del año pasado cuando llegó a la final. "¿Ganar yo este Grand Slam?, no, con Nadal, Djokovic, Federer en el cuadro, ni se me pasa por la cabeza", dijo.