
Fernando Alonso ya tiene entre ceja y ceja su próximo gran objetivo: las 500 millas de Indianápolis. Aunque antes de ese 26 de mayo tendrá que disputar dos carreras del WEC (1.000 millas de Sebring y 6 horas de Spa), el asturiano ha cumplido con uno de los requisitos necesarios para todo piloto: hacerse el asiento.
La imagen la ha compartido la propia cuenta oficial de la IndyCar, consciente de que el tirón del español para la carrera en el 'brickyard' es inigualable. En la imagen, se ve a un Fernando Alonso sonriente mientras está sentado en una maqueta del McLaren con el que disputará por segunda vez la mítica cita en el trazado norteamericano.
Just 90 days to go until this man is back in the cockpit at #Indy500 🇺🇸😀Who’ll be cheering on @alo_oficial on May 26? pic.twitter.com/SfFjxcBQmL
— McLaren Indy (@McLarenIndy) February 25, 2019
Un dorsal mítico: el 66
En los últimos días, un despiste (o filtración interesada) por parte de la tienda online del merchandising de la Indy500 ha dejado entrever qué número lucirá Alonso en la disputa de la carrera el próximo mes de mayo: el 66.
No es un número al azar, sino que detrás tiene mucha historia. Con ese dorsal, el histórico Mark Donohue consiguió la primera victoria para un chasis McLaren en Indianápolis, algo que quieren utilizar como reclamo los actuales gestores del equipo. Aquel coche, que ganó en 1972, no era totalmente de McLaren, ya que el dueño del equipo con el que ganó era Roger Penske, toda una institución en el automovilismo norteamericano.
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