Wembley, un lugar memorable para agrandar la historia. Un doble estadio único y vital en la trayectoria del FC Barcelona, en la máxima competición europea, en el que se consiguió su primera 'orejona' allá por 1992 y al que ha regresado 19 años después para cerrar el círculo, tras imponerse al Manchester United por 3-1.
Fue Koeman el héroe de aquel mítico 20 de mayo. Un obús teledirigido en la prórroga ante la Sampdoria abrió la senda a la gloria, después de seis temporadas de morriña tras caer en penaltis en su primera final ante el Steaua de Bucarest. Suponía la consagración del modelo de Cruyff y su 'Dream Team', y con Guardiola en el campo, como alumno aventajado. Todo gestado en el último encuentro que albergaba el estadio original para dar paso a una nueva era.
Dos años después, el técnico holandés volvió a colocar a su equipo en la final de Atenas, ante el Milan de Capello. Tercera final y segundo varapalo, esta vez al toparse de bruces con la realidad con un 4-0 obrado por Massaro (2), Savicevic y Desailly. El principio del fin del modelo, al menos en Europa.
Y se hizo el vacío. Las inestabilidades deportivas e institucionales coparon la década siguiente en la que el viejo continente solo reconocía a Milan, Marsella, Ajax, Juventus, Borussia Dortmund, Manchester United, Bayern Múnich, Real Madrid, Oporto o Liverpool.
Hubo que esperar a la temporada 2005/2006, con Rijkaard en el banquillo, para volver a percibir ese resurgir en el buen juego y en la recuperación de parte de la esencia perdida años atrás. Todo ocurrió en París, en el Estadio de Francia, donde Xavi ejercía de motor, con Ronaldinho de estrella y Eto'o y Belletti como ejecutores.
'Pep-evolución'
Y llegó la era Guardiola. Ganador de la primera y simpatizante y continuador de los dos técnicos que situaron al club en lo más alto. Evolucionó el sistema y lo llevó a su máxima expresión con Xavi como líder indiscutible, con una remodelación brutal a base de cantera y con Messi e Iniesta como jugadores de otro planeta.
En Roma, en el 2009, Eto'o y el argentino materializaron la primera de Pep en el banquillo, tumbando al Manchester United de Cristiano Ronaldo y dejando al Barça en disposición de hacer historia con los seis títulos posibles en un año. Todo a tiro de piedra, algo que se conseguiría.
Y la vida devolvió a Wembley a escena, tras su lavado de cara, para ver a Abidal levantar el cuarto título: Pedro, Messi y Villa lo apuntalaron (3-1). Sitio memorable para contemplar el enésimo repaso del Barça, un equipo superior que regala un fútbol perfecto.
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